Son solo tres números, que por separado no significan nada pero unidos y en ese orden pueden salvar vidas. O al menos con ese objetivo nació el 016, hace ahora casi ocho años. Desde «mi marido ayer me pegó una paliza» a «soy inmigrante y mi pareja me pega, no sé dónde ir», pasando por «el novio de mi hermana la insulta». Son solo ejemplos ficticios (el compromiso del anonimato impide revelar testimonios reales) de algunas de las miles de llamadas que recibe este servicio público, tanto de las propias víctimas como de sus familiares. Cualquiera puede llamar a ese teléfono: una veintena de profesionales estará al otro lado de la línea las 24 horas del día para escucharle.

En el caso de la Comunitat Valenciana, han sido más de 44.270 las mujeres que han necesitado de esa voz alguna vez. El más absoluto e inquebrantable de los anonimatos las ampara. La llamada ni siquiera deja rastro en la factura telefónica. La página web del servicio incluso tiene una opción de «salida rápida» que permite abandonarla de inmediato con sólo apretar una tecla. Todo está pensado para que las víctimas puedan acudir a ellos con una red de protección más o menos sólida.

«Recibimos llamadas de todo tipo. Desde gente que no sabe qué le está pasando, mujeres que acaban de ser agredidas y ya no pueden más o víctimas que tienen problemas burocráticos», cuenta a este diario una de las trabajadoras del 016. «Nuestra función es darles información y derivarlas de la mejor manera posible a los mecanismos más cercanos que tengan. O bien a una comisaría o a cualquier otro estamento», añade.

Escuchar una voz femenina

El servicio está a cargo de una empresa externa desde su creación, una filial de Arvato Bertelsmann. Trabajan unas 20 empleadas, todas mujeres. «Para las víctimas es más reconfortante escuchar una voz femenina. Les da más seguridad y se abren más fácilmente», señalan desde el centro neurálgico del 016, con sede en Madrid. Se trata de abogadas, psicólogas y trabajadoras sociales, entre otras especialidades. Atiende en todas las lenguas oficiales del estado, en inglés y en francés, las 24 horas del día, los 365 días al año.

Además, cuentan con un dispositivo electrónico que detecta y reconoce más de 50 lenguas distintas. Cuando una víctima habla alguna de ellas, el 016 se pone en contacto con un intérprete de guardia de esa lengua, lo que se conoce como teleinterpretación. «Se realiza como una llamada a tres: la llamante, nosotros que le gestionamos sus dudas, y el intérprete», explican desde la plataforma.

Las llamadas no son regulares. Los miércoles son los días que más usuarias se deciden a contactar con el 016, según los últimos datos del mes de septiembre ofrecidos por el Ministerio de Sanidad. En concreto, lo hacen más entre las 12.00 y las 14.00 horas.

Durante ese mes, 721 valencianas se han informado a través del 016: 284 desde Alicante, 63 desde Castellón y 374 desde Valencia. Esto supone un 6,5% más que el mismo periodo del año anterior.

También ha aumentado el número de familiares que se atreve a dar el paso en nombre de su ser querido: 210 valencianos llamaron durante el último mes del que se tienen datos, esto es un 72 % más que el año anterior. El entorno de la víctima cada vez es más consciente de la importancia que tienen a la hora de ayudarla a salir de los malos tratos.

Sin embargo, las cifras de usuarias no dejan de aumentar, en un triste reflejo de que el machismo y la violencia en la pareja, lejos de desaparecer, continúa siendo el día a día de miles de mujeres.