Las manivelas se convierten en el tesoro más preciado a la hora de comer en el Hospital de Sant Joan. Y es que la renovación no ha pasado todavía por la mayoría de camas del centro sanitario, que son antediluvianascamas , como denuncian pacientes, trabajadores y sindicatos .
Es el caso de Suny Marco, quien ha tenido a su madre ingresada unos días en el hospital a consecuencia de un ictus . «La cama en la que la acostaron se caía a trozos y para que no se desarmara la habían atado con vendas que sujetaban los barrotes». Así permaneció días, «hasta que una limpiadora, avergonzada, trajo otra». La inmensa mayoría de las camas en el hospital aún son de manivela, es decir, se tienen que subir y bajar a mano. Un esfuerzo no sólo para los familiares, también para los trabajadores. «Hay enfermeras que se han lesionado subiendo y bajando camas», explica Carmina Vañó, del sindicato Satse en el hospital. Una de las consecuencias más molestas de esta situación llega a mediodía, cuando hay que incorporar a los pacientes para que coman y en las plantas no hay manivelas suficientes. «Somos el único hospital de la Comunidad que aún no las tienen eléctricas», lamentan desde UGT en el centro sanitario. En este sentido, la secretaria general de la sección sindical, Rosa Montes, critica «la dejadez de la anterior conselleria, que no se molestó en realizar un plan de inversiones para prever qué material y que tecnología renovar cada cierto tiempo».
En una reciente reunión con la gerencia del hospital, los sindicatos integrados en la Junta de Personal pusieron sobre la mesa este problema. En este sentido, la dirección del hospital afirma que «es uno de los temas que ya hemos abordado y, precisamente, se han invertido este año 56.252 euros en una partida de camas que está pendiente de llegar». También, añaden desde la gerencia, «hay programada una dotación presupuestaria de 100.000 euros para el año que viene, con cargo al Plan de Inversiones, destinada exclusivamente a la renovación de las camas durante 2016». Una inversión que «responde al interés de este equipo directivo por mejorar el confort del paciente, al mismo tiempo que se mejoran las condiciones laborales del personal de enfermería, en esta progresiva sustitución de camas mecánicas por eléctricas».
Además de la situación de las camas, la lavandería sigue acumulando quejas de los usuarios. En este sentido, Suny Marco critica que «a la paciente que compartía habitación con mi madre le dieron dos mantas enrolladas porque no había almohadas, igual que tampoco había bajeras, por lo que las sábanas se escurrían todo el rato». Esta usuaria también se encontró con un enorme agujero en el techo del baño común de la planta. «Vengo de Oviedo donde han cerrado un hospital para estrenar otro nuevo y, aseguro que el viejo de esta ciudad, estaba mejor que el Hospital de Sant Joan con menos años de construcción». También denuncia la escasez de plantilla «a la hora de dar comidas a los enfermos o poner palanganas».
