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Una medicación estimulante para centrar la atención

El metilfenidato actúa estrechando los márgenes de atención para que el niño pueda atender a una sola cosa

La medicación que se utiliza en mayor medida para tratar el TDAH, el metilfenidato, tampoco está exenta de polémica, con partidarios y detractores a partes iguales de medicar a los niños.

«La medicación es efectiva al 90%. En este sentido el TDAH es uno de los pocos diagnósticos en el terreno de la psiquiatría infantil con una herramienta farmacológica tan efectiva», explica la psiquiatra infantil Auxi Javaloyes.

Esta medicación, según explica la Asociación Española de Neuropsiquiatría, actúa «estrechando los márgenes de atención del menor y así se reduce su área de atención, por lo que puede atender a una sola cosa a la vez». Un efecto, añade la AEN, «compartido por otras sustancias como las anfetaminas o incluso el café o la nicotina». Para Auxi Javaloyes, «aunque la molécula de este fármaco sí que deriva de algo parecido a las anfetaminas, se ha modificado lo suficiente para que no produzca ni efectos adversos ni adicción».

Por su parte, el psiquiatra infantil, Tomás Cantó, añade que los efectos secundarios de esta medicación no son graves «y en rara ocasión obligan a retirar los tratamientos». Sin embargo, la AEN sostiene que su aplicación «conlleva una disminución de la curiosidad, la espontaneidad y otras características de la actitud de la infancia, tan fundamentales o más para el crecimiento de los niños».

Además, añade la AEN, «las pruebas indican que a partir de unas semanas de tratamiento es posible que el efecto positivo del fármaco tienda a disminuir y puede que en dos años ya no ocurra». Para Cantó aunque a los dos años «los efectos de estos tratamientos no son concluyentes, hay que hacer una pausa y evaluar al menor. Porque en muchos casos el TDAH se acaba resolviendo».

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