Mención aparte merece una de las cláusulas del contrato firmado entre la Universidad Miguel Hernández y el Ayuntamiento de Alicante. En concreto, la sexta, sobre «Confidencialidad de la Información». Además de garantizar la confidencialidad de la UMH en el manejo de los datos facilitados por la administración alicantina, el documento oficial señala que «de igual modo, los informes emitidos por la UMH relativos a este aseroramiento tendrán carácter confidencial, por lo que no podrán ser conocidos por ninguna otra entidad o persona sin autorización previa del Ayuntamiento», se indica textualmente en el contrato firmado.
Como «torpe» han coincidido en calificar la redacción expertos en Administración Local, ya que la cláusula recuerda a las que introducía en los contratos el expresidente de la Generalitat Francisco Camps (PP) y contra las que ha bregado Compromís en los tribunales, obteniendo resoluciones contrarias a la confidencialidad de Camps.
La discrecionalidad que se reserva el Ayuntamiento a la hora de usar y facilitar un estudio pagado con dinero público contraviene, como mínimo, el espíritu de la Ley de Transparencia.
