El vicealcalde de Alicante y concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, ve «casi imposible» un acuerdo con Ikea para abrir una tienda en la ciudad si la multinacional no acepta modificar el proyecto que, en su día, pactó con la promotora Alicante Avanza. Al término de una concentración en apoyo a su compañera en Guanyar y edil de Protección Animal, Marisol Moreno, encausada por injurias a la Corona, Pavón reconoció estar desconcertado por la «estrategia» de Ikea, cuyos directivos se reunieron anteayer con varios medios de comunicación de Alicante para trasladarles su posición, sin hacerlo previamente al Ayuntamiento.

La directora de Expansión de Ikea en España, Asunta Enrile, trasladó a los medios que la multinacional sólo se plantea abrir en Alicante si es en Rabasa y con el proyecto acordado en 2009, que prevé un macrocentro comercial anexo de más de 300.000 metros cuadrados, por lo que no barajan alternativas. Una ronda de reuniones que ha sentado muy mal al tripartito, que ayer emitió un comunicado hablando del «tour» de la directora de Expansión y emplazando a la representante de la multinacional sueca del mueble a hablar directamente con el Ayuntamiento de Alicante, en vez de hacerlo a través de los medios.

«El Gobierno municipal invita a los representantes de Ikea a mantener una reunión en el Consistorio en la que puedan explicar su posición, con el ánimo de buscar alternativas que permitan compatibilizar la llegada de IKEA a Alicante con la defensa de los intereses generales de la ciudad», concluye el comunicado. El equipo de gobierno sigue esperando una cita con Ikea después de que en la anterior, celebrada en septiembre, sus representantes se levantaran de la mesa de reuniones dejando plantado al tripartito cuando vieron aparecer a los reporteros gráficos.

Mientras, Pavón insiste en que si la multinacional no se mueve un milímetro del proyecto pactado con Alicante Avanza (firma vinculada al empresario Enrique Ortiz), parece casi imposible llegar a un acuerdo. «En esas condiciones, no queremos el proyecto que abandera», afirmó. Pavón añadió que el Ayuntamiento «quiere la tienda de Ikea pero no a cualquier precio», dando a entender que en las condiciones que quiere la multinacional, «va a ser que no».

«Si no dan un margen de maniobra, no hay nada que negociar», insistió el vicealcalde, cabeza visible del tripartito junto al alcalde, el socialista Gabriel Echávarri, y el portavoz, Natxo Bellido, de Compromís. Para Pavón, una postura inamovible de Ikea «no parece la actitud más razonable», si desean llegar a un acuerdo. El responsable de Urbanismo recordó asimismo que los técnicos municipales trabajan en ubicaciones alternativas a la de Rabasa, lugar donde hay problemas en las conexiones viarias. Como alternativa al lugar que quiere la empresa del mueble, señaló que habría posibles emplazamientos. Pavón puso de manifiesto que el convenio firmado en 2009 para la implantación de Ikea en Rabasa «ya no tiene validez», por lo que únicamente queda un contrato privado. «El Ayuntamiento no tomará decisiones en función de intereses privados», repitió, antes de añadir que «no está claro que este proyecto sea beneficioso para la ciudad», en términos de actividad ni de empleo.

Los comerciantes alicantinos opinan que la postura de Ikea no es negociar. «Se le ha pedido negociar y su postura es, una vez más, intransigente. Seguimos opinando lo mismo del macrocentro», dijo ayer Vicente Armengol, vicepresidente del Colectivo de Comerciantes, quien recordó que todos los grupos políticos antes de las elecciones apoyaron el no al macrocentro. «Se les propusieron otras opciones, como un parque tecnológico industrial vinculado a la Universidad; o una ciudad del deporte con un centro de alto rendimiento. Ese macrocentro desequilibraría totalmente la ciudad. Lo dicen los informes que el Ayuntamiento hizo en forma de alegación, la Cámara de Comercio y las propias alegaciones del comercio y de las plataformas ciudadanas», concluyó.