La multinacional Ikea urge al Consell a resolver la Actuación Territorial Estratégica (ATE) en Rabasa, en un sentido o en otro, para poder decidir, a partir de ahí, qué hacer con el proyecto para instalar una tienda y un macrocentro comercial en Alicante. La directora de expansión de Ikea Ibérica, Asunción Enrile, aseguró en un encuentro con INFORMACIÓN que no tienen un plan B y dejó claro que, en estos momentos, para Ikea sólo existe el proyecto en Rabasa con macrocentro comercial, sin reducir ni un solo metro cuadrado de superficie comercial. Admitió que si se anula el ATE, el proyecto «no es viable» y a partir de entonces «podríamos hablar de otra cosa», en referencia a que se decidiría qué hacer con la inversión de 250 millones de euros y si se quedaría en Alicante o no.

Ikea reclama «claridad» al Consell y admite que el proyecto está en un «momento muy crítico» teniendo en cuenta el retraso que acumula el procedimiento. En caso de que el Consell no aprobara el ATE, la multinacional sostiene que recuperaría la inversión realizada en los terrenos adelantó 35,1 millones a una sociedad participada por Enrique Ortiz y decidiría entonces qué hacer con el proyecto.

«Yo me ocuparé de defender que la inversión se quede en España», dijo Enrile en declaraciones a este diario. No obstante, reconoció que la dirección de la multinacional sueca decidiría entonces qué hacer con la inversión -la cifró en 250 millones de euros- y dónde llevarla, advirtiendo de que la misma se aprobó «para un proyecto concreto».

Aunque el tripartito aseguró con anterioridad, tras reunirse con directivos de la mercantil, que la multinacional quiere Rabasa o se llevaría la inversión fuera de la provincia y del país, desde Ikea dejaron en el aire cualquier posibilidad. «No valoraremos otra opción hasta que no se clarifique lo de Rabasa», apuntó el director de comunicación corporativa de la multinacional, Arturo García.

Al respecto, inciden en que en estos momentos no se plantean alternativa alguna. En esa línea, insistieron ayer en que el proyecto es el que es desde que lo plantearon hace seis años y en que no renuncian a él, a expensas de lo que el Consell decida con la Actuación Territorial Estratégica en la que se enmarca. Es decir, en Rabasa, con la tienda Ikea de 47.000 metros cuadrados y con un macrocentro anexo de 83.000.

Justificaron su interés en Alicante asegurando que en los últimos tres años los alicantinos han gastado 100 millones de euros en las tiendas Ikea, sobre todo en Murcia. En cuanto a la ubicación, el interés de la multinacional se mantiene en Rabasa como opción «perfecta», teniendo en cuenta «la visibilidad, el tamaño de la parcela y la accesibilidad», indicó Enrile, quien admitió, no obstante, la preocupación por los accesos como un punto «crítico» para el proyecto porque «el que se resuelvan es fundamental para nuestros clientes». Al respecto, aclaran que es el promotor de la actuación urbanística la mercantil Alicante Avanza, participada por Ortiz quien debe resolverlos. El propio Ortiz asegura que Fomento exigía un nudo viario de 200 millones de euros y que, de no modificar su criterio, el proyecto sería inviable económicamente.

Enrile explica que les llegan «ofertas diarias» para ofrecerles suelo «público o privado», pero insiste en que «no nos planteamos otra ubicación, porque Rabasa es la idónea». Los directivos de Ikea recordaron ayer que en 2009 firmaron un contrato con Urbanika (sociedad participada por Ortiz) y que «los responsables del desarrollo del suelo son el promotor y la administración», indicando que está «sujeto a unos hitos» y que en caso de que, finalmente, el proyecto no se apruebe, recuperarían el dinero adelantado. Aunque no quisieron dar la cifra, apelando a que se trata de un contrato privado, este diario ya avanzó que, según las cuentas depositadas por Urbanika en el registro mercantil, el contrato de compraventa ascendía a 97,5 millones de los que Ikea adelantó 35,1 millones.