El Instituto Cervantes ha querido ponerlo fácil para empezar. Acudieron nerviosos y con media hora de antelación para el correcto registro de sus datos. Los exámenes, celosamente custodiados por cada centro acreditado -sólo cinco en toda la provincia-. Pero en cuanto se cerró el aula y leyeron las 25 preguntas, se relajaron. Lo comentaban más que contentos a la salida. «Si estás integrado y vives en España, sólo hay que aplicar el sentido común para aprobar», apuntó Estefania Hileni, una argentina con 31 años que reside en Elche desde hace una década. Como ella, otra joven que acaba de cumplir la mayoría de edad, Sabah Khya, de Marruecos, destacó que «ha sido muy sencillo, todo lo que han preguntado, lo había aprendido en el colegio». A. FAJARDO/ V. B.