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Agricultura da otro «tajo» al trasvase y envía el menor caudal de la historia

Los agricultores temen que los recursos sólo lleguen para el abastecimiento, lo que les condena a comprar el agua desalada de Torrevieja, cuatro veces más cara pese a la subvención de la tarifa

Agricultura da otro «tajo» al trasvase Tajo-Segura

El Ministerio de Agricultura dio ayer un nuevo «tajo» al trasvase Tajo-Segura al autorizar el envío a la cuenca del Segura de un total de 8 hm3 correspondientes a la tanda del mes de octubre, uno de los desembalses mensuales más pequeños que se recuerda desde que se puso en marcha la infraestructura en 1979. Existe un precedente de dos meses en los que no llegó agua, pero se compensó al mes siguiente. Desde el verano la cantidad de agua a trasvasar baja mes a mes y no se corrige. Una cantidad que representa, por otro lado, menos de la mitad de los 20 hm3 que corresponderían, y que es consecuencia de la sequía que afecta a los embalses de Entrepeñas y Buendía. En la orden ministerial publicada en el BOE se recuerda que el volumen de existencias en los embalses de cabecera, a fecha 1 de octubre de 2015, era de 331,5 hm3, por lo que la autorización del trasvase corresponde al Ministerio al encontrarse la cuenca en situación hidrológica excepcional, nivel 3.

El Gobierno envió 20 hm3 para el mes de julio, 15 hm3 en agosto y de 10 hm3 en septiembre, con lo cual se va acercando a la línea roja a partir de la cual el «memorándum» del Tajo da pie a que se cierre el grifo. Los agricultores y la Mancomunidad del Taibilla deberán paliar el recorte con el agua desalada de la planta de Torrevieja que se almacena en el embalse de la Pedrera, un caudal cuatro veces más caro, pese a la subvención aprobada por el Ministerio, que deja el precio en los 0,42 euros/m3. Los agricultores recibieron resignados un trasvase de mínimos del que tampoco se sabía su destino, como apuntó Ángel Urbina, comunero de Riegos de Levante, porque los abastecimientos tienen preferencia.

La situación de los embalses de cabecera (Entrepeñas y Buendía) sigue siendo preocupante porque tan sólo almacena 330 hm3 esta semana, 211 hm3 menos que a finales de octubre del año pasado, y casi 500 hm3 menos que la media embalsada en los últimos cinco años. Sigue sin llover en la cabecera, nadie quiere afrontar la redistribución de los recursos en la cuenca cedente -en el Tajo Medio ha llovido y en la sierra de Madrid también- y la gravedad del problema van en aumento. En 2014, la media de agua embalsada en enero y febrero fue de unos 530 hm3 y la cantidad máxima del año se alcanzó en mayo con 580 hm3.

Mientras los embalses de Entrepeñas y Buendía agonizan, la cuenca del Júcar almacena un total de 825 hm3 y los regantes de Valencia, los mismos que niegan un trasvase de agua de calidad a Alicante, negocian ahora con sus colegas de Murcia enviarles caudales desde el embalse de Alarcón.

Por otro lado, la organización Jóvenes Agricultores recordó ayer que subvencionar el agua desalada durante la sequía soluciona un problema puntual para poder regar en el mes de enero. Su presidente, Eladio Aniorte, advirtió, sin embargo, del riesgo de que se convierta en algo estructural, pues en la práctica supone la puesta en marcha de la «cláusula Narbona» del anterior PHN, que sostenía que el Gobierno iría recortando el trasvase a medida de que hubiera recursos de agua desalada. Aniorte teme que esta medida se convierta en un primer paso para cerrar el Tajo-Segura, que «es fundamental para la provincia de Alicante al sustentar el 58% del sector agrario y proporcionar unos 2.000 millones de euros al año», aseveró Aniorte. El agua del trasvase tiene un coste de 0,10 ? cada m3, mientras que el de la desalinizada es de 0,90?/m3 y aunque con la subvención tendrán que pagar 0,42?/m3. «Se trata claramente de una medida cogida con hilos, frágil e insuficiente para sostener el sistema».

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