Trece años después de que Ikea hiciera pública su intención de instalarse en Alicante su llegada sigue en el aire. El proyecto (con 47.000 metros cuadrados de tienda y 83.000 de centro comercial) no ha variado desde que en 2010 comenzara a tramitarse al amparo del Plan Rabasa, anulado por los tribunales y objeto de una investigación penal. Ante la anulación del plan se recurrió a la figura de la Actuación Territorial Estratégica (ATE), cuya tramitación depende del Consell y permite actuar en suelo no urbanizable. El anterior alcalde, Miguel Valor, ya impulsó alegaciones contra el macrocentro y el nuevo gobierno local (PSOE, Guanyar y Compromís) ha pedido al Consell que anule la ATE. La Generalitat debe decidir, pero avanza que hay numerosos informes negativos, como el de Fomento.