La Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio ha revisado el Plan de Acción Territorial de Prevención de Riesgo de Inundación de la Comunidad Valenciana (Patricova), que se aprobará en el pleno del Consell de esta semana. Este nuevo estudio «identifica más de 200 áreas con posibilidad de sufrir inundaciones», lo que supone una superficie de entre 100.000 y 120.000 hectáreas y afecta a 600.000 habitantes de la autonomía. Entre las novedades del Patricova, el plan se adapta a las directivas de la Unión Europea en materia de aguas, evaluación y gestión del riesgo de inundación y es de «naturaleza preventiva», puesto que «va a regular los usos en zonas inundables y va a dirigir los usos y actividades del territorio hacia zonas no afectadas por riesgo», y se incorpora «el riesgo geomorfológico producido por los pequeños barrancos de cauces efímeros que tienen alta peligrosidad y han sido causantes de la mayor parte de muertes por este riesgo en España y en la Comunidad, que sufrió dos casos, en Finestrat y Benlloch», apunta la conselleria María José Salvador

Además, según ha indicado la consellera, «se ha mejorado la cartografía de inundaciones», ya que todos los cauces de la Comunidad aparecen, con lo que se pueden «resolver situaciones de posible riesgo, especialmente barrancos con alta capacidad de generar daños, se mejora la coordinación entre administraciones, también con las confederaciones hidrográficas» y se incluye «una cartografía complementaria» que cubre todo el territorio y se incorpora un trámite de evaluación previa para municipios pequeños -menos de 5.000 habitantes- con menos recursos para «evitar de manera preventiva los costosos estudios de inundabilidad».

Otra de las grandes incorporaciones a esta revisión del Patricova es la ordenación de la infraestructura verde en la gestión del riesgo de inundación, como exige la UE. Esta medida consiste en una red interconectada de todos los espacios que tienen mayor valor ambiental, social, ecológico o sentimental. Estas zonas -parque naturales, parajes, espacios de interés cultural- conforman un sistema y mediante esta nueva legislación, se obliga a diseñar esta infraestructura verde con anterioridad a los nuevos crecimientos urbanizadores.

Mediante el Patricova se ha identificado todo el territorio, ya que la cartografía del anterior Plan «se empezó a hacer en los 80», con lo que ahora se han identificado «todos los barrancos y zonas susceptibles de sufrir inundaciones». Entre las que precisan de mayor vigilancia, las comarcas de La Ribera y La Marina Alta o el área metropolitana de Castellón.

Además, el nuevo Plan introduce la idea del municipio con alto riesgo, a los que se les permite un régimen específico para su crecimiento. Estas poblaciones tienen tres zonas de peligrosidad y, desde la Conselleria, se les indica que deben crecer hacia la zona calificada con menor riesgo.