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Reparar el embalse del trasvase del Júcar valdrá casi lo mismo que costó hacerlo

El Gobierno ya invirtió 40 millones en el gran pantano, que ni siquiera pudo entrar en funcionamiento al detectarse pérdidas de agua en las primeras pruebas de carga

Estado actual que presenta el embalse de San Diego de Villena, obra cumbre del trasvase del Júcar-Vinalopó, que lleva cuatro años construido y sin utilizarse. ÁXEL ÁLVAREZ

Eliminar las filtraciones del embalse de San Diego de Villena costará 38 millones de euros según el proyecto de reparación de Acuamed, que es la Sociedad Estatal de Aguas de las Cuencas Mediterráneas dependiente del Ministerio de Agricultura. Son sólo dos millones de euros menos de lo que el Gobierno central invirtió en la construcción de esta infraestructura que supone el punto final del trasvase del Júcar-Vinalopó.

Esta gigantesca balsa situada cerca de Font de la Figuera, a escasos metros del término limítrofe con Valencia, se averió en el año 2011 sin ni siquiera haber entrado en funcionamiento. De hecho, las fugas de agua que presentaba se detectaron durante el plan de puesta en carga con la llegada de los primeros caudales del Júcar.

Fue entonces cuando los técnicos pudieron constatar que se perdían más de 120 litros por segundo a través de las filtraciones del fondo del embalse al subsuelo. La zona elegida para su ubicación presentaba dificultades técnicas por la presencia del acuífero cuaternario de los Alhorines, de capa superficial y rápida recarga con las lluvias. El terreno es, por tanto, tan permeable como inconsistente. Una circunstancia que o bien los estudios técnicos no contemplaron con la rigurosidad necesaria, o bien la ejecución de la obra no se ajustó a las medidas proyectadas con la precisión requerida para salvar las dificultades geológicas.

Lo cierto es que han pasado cuatro años y el embalse de San Diego sigue en un «stand by» que se va a prolongar, al menos, hasta 2018. Según las estimaciones que maneja Acuamed, los trabajos de reparación podrían comenzar a mediados de 2016 siendo el periodo de ejecución de 24 meses, como mínimo. Pero el interés de la Sociedad Estatal de Aguas de las Cuencas Mediterráneas por acometer esta actuación está fuera de toda duda. Prueba de ello es que el proyecto de reparación está terminándose de tramitar para ser adjudicado lo antes posible.

Los Presupuestos Generales del Estado han sido recientemente aprobados y, de momento, para el año 2016 ya se han consignado 7,6 millones mientras que para 2017 la cantidad asciende a 16,2 millones. Son en total 23,8 millones de euros para reparar el macroembalse de Villena aunque el presupuesto elaborado se sitúa en 38 millones. Es decir, si la adjudicación final de los trabajos alcanza la cifra presupuestada faltaría por consignar la nada despreciable cifra de 14,2 millones de euros de los que nada se sabe. Como tampoco se sabe nada acerca de si se ha iniciado, o no, una investigación para tratar de averiguar las causas del supuesto error cometido en una obra que costó 40 millones para ni siquiera entrar en funcionamiento. Un alto coste al que ahora se tendrán que sumar otros 38 millones de euros procedentes, también, del erario público.

Las filtraciones al subsuelo causaron en 2011 pérdidas de 7,5 hectómetros cúbicos en las primeras aguas del trasvase del Júcar que se almacenaron en el embalse de San Diego, el equivalente a dos millones de euros. El primer envío fue de 12 hectómetros y, para evitar su total desaprovechamiento a consecuencia de las fugas y en menor medida la evaporación, Acuamed y la Junta Central de Usuarios alcanzaron un acuerdo en septiembre de 2012 que permitió destinar los 4,3 hectómetros restantes a uso agrícola.

Fue en abril de 2013 cuando la Sociedad Estatal inició los estudios de comportamiento de la balsa para corregir las filtraciones, y hace tan sólo unos meses comenzó a tramitar el proyecto de reparación de un embalse con capacidad para almacenar más de 20 millones de metros cúbicos de agua, y cuyo perímetro supera los 4 kilómetros de longitud.

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