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Una autovía a medio gas

La CV-80 entre Sax y Castalla cumple diez años sin consolidarse como un itinerario alternativo a Alicante desde el centro de la península

Una autovía a medio gas

La autovía CV-80, que comunica la A-31 a la altura de Sax con la A-7 en las proximidades de Castalla, ha cumplido diez años sin cumplir el objetivo de consolidarse como un acceso alternativo a Alicante desde el centro y norte de la península. El tráfico en la actualidad está en torno a 7.000 vehículos diarios -varía según tramos-, una cifra muy discreta para una vía de estas características. Pero además, el tramo de enlace con la A-31 apenas registra el paso de 3.400 vehículos al día, que supone sólo un 10% de los vehículos que transitan por la autovía de Madrid entre Sax y Villena, según los datos más recientes de la Conselleria de Obras Públicas y el Ministerio de Fomento.

La CV-80, perteneciente a la red de carreteras de la Generalitat, se inauguró en marzo de 2005 con la previsión de que absorbiera la mitad del tráfico de la A-31, que entonces rondaba los 35.000 vehículos diarios entre Sax y Villena. La idea era, tal y como señalaban entonces desde el Consell, configurar un acceso alternativo a Alicante desde Madrid y el resto del centro peninsular, que descongestionara la A-31 en el valle del Vinalopó. La vía, de 16 kilómetros de longitud -aparte de otros 3 de enlace con la A-7, de titularidad estatal-, costó 59 millones de euros al gobierno autonómico, que acabó de pagar las obras al cabo de un lustro.

Sin embargo, la CV-80 nunca cumplió las expectativas con las que se construyó. Resultaría exagerado calificarla como una vía infrautilizada, pero su discreto uso dista mucho de las previsiones que sobre ella se hicieron en 2005. Su mejor dato de tráfico en esta década en el tramo de enlace con la A-31 han sido los 5.242 vehículos diarios del año 2010; más cerca de Castalla llegó a registrar 9.815 vehículos al día en 2008. Eso sí, nada que ver con los cerca de 17.500 vehículos que, según las estimaciones de la Generalitat en 2005, deberían transitar por aquí cada día.

Parte de este relativo fracaso se debe a que el itinerario Sax-Castalla supone un rodeo inviable para el gran flujo de tráfico de camiones que se dirige desde Andalucía y Murcia hacia Francia. Para los recorridos con origen o destino Alicante, o para dirigirse hacia el litoral de l'Alacantí y la Marina Baixa, en cambio, sí puede suponer una ventaja. El recorrido es 6 kilómetros más largo que por Elda, pero el trazado es mucho más recto y el tráfico bastante menor, lo que hace más fácil su conducción. Por ello, muchos prefieren este itinerario; eso sí, otros muchos también desconocen que existe esta ruta.

Indicaciones confusas

La señalización que se encuentran los conductores que vienen desde Villena por la A-31 no invita a tomar la CV-80 para seguir hacia Alicante, sino que, todo lo contrario, disuade de hacerlo. En los paneles sólo aparecen indicaciones hacia Alcoy y Castalla, la primera en un tamaño muy pequeño y la segunda en una tipografía mucho más grande, pese a ser una localidad de menor importancia. Al principio, los carteles indicaban a Alcoy y a «Alicante norte», pero a principios de 2006 el Ministerio de Fomento eliminó toda referencia a la capital de los rótulos de la CV-80, poniendo encima el nombre de Castalla.

Desde Fomento alegaron que la indicación a Alicante de manera simultánea por la A-31 y la CV-80 inducía a confusión, mientras que por parte de la Generalitat mostraron su malestar por esta decisión y afirmaron que se iba a producir más confusión con ese cambio, puesto que muchos conductores ignorarían que disponían de un acceso alternativo a Alicante desde ese punto. Han pasado nueve años y la cartelería sigue exactamente igual. El tiempo parece haber dado la razón a los argumentos de la Generalitat, puesto que la autovía Sax-Castalla nunca ha llegado a tener mucho un tráfico intenso.

Con todo, la circulación actual de la autovía es un 66% superior a la que registraba la CV-80 cuando era una carretera convencional. Al margen de que el uso sea relativamente discreto, el mayor tráfico pone de manifiesto la agilización en las comunicaciones entre el entorno de l'Alcoià y el valle del Vinalopó, que hasta entonces resultaban algo más complicadas.

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