Un patrimonio cultural y natural invadido por toneladas de residuos urbanos, que están casi petrificados de tanto tiempo que llevan a la intemperie, a tiro de piedra de la ciudad. Así está buena parte de la huerta de Alicante, con zonas que se han convertido en auténticos vertederos incontrolados, donde los escombros y otros restos se aprecian a simple vista debajo de olivos, algarrobos y demás especies de arbolado, y que se extienden a lo largo de más de media hectárea de terreno (más de siete mil metros cuadrados) en al menos cuatro puntos de vertidos de inertes, obras y sólidos urbanos.
La zona que está en peor estado es la situada en las proximidades de las torres del Conde y de Les Reixes. Nada más entrar por las carreteras y caminos de la huerta es fácil encontrarse los puntos de vertido, en pleno campo, pero también en los arcenes de los caminos rurales del recorrido turístico por las torres, en el área de La Condomina, dando una imagen deplorable. Hay restos de obra, cartones, latas de pintura, maderas, ladrillos, telas y todo tipo de residuos que, además de hacer daño a la vista y estropear la imagen idílica de la huerta, tardan años en degradarse.
El coordinador del área ambiental de Compromís, Lluís Falcó, denunció el pasado mes de febrero la existencia de estos vertidos incontrolados ante el Ayuntamiento y el Seprona, departamento de protección de la naturaleza de la Guardia Civil. Ahora Compromís forma parte del tripartito que gobierna el Ayuntamiento de Alicante pero de momento las escombreras siguen estando ahí con el correspondiente impacto ambiental puesto que tampoco se han limpiado desde entonces. No es el único lugar agredido, puesto que esta formación hizo un mapa de escombreras en Alicante y detectó hasta 38 puntos de vertidos incontrolados en la ciudad.
El concejal Natxo Bellido, portavoz del equipo de gobierno y uno de los hombres fuertes del tripartito junto al alcalde, Gabriel Echávarri, y el concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, explicó que en los últimos meses han llegado nuevas denuncias sobre vertederos y que la idea del gobierno local es actuar sobre ellos y en general sobre los vertederos ilegales de la ciudad, buscando a los autores para sancionarles en un intento de frenar esta actividad del todo ilegal.
Las escombreras dan una imagen poco edificante de Alicante y sus valores arquitectónicos y naturales. En la huerta hay una veintena de torres defensivas que se construyeron entre los siglos XVI y XVIII en desigual estado de conservación, además de casas de la huerta, algunas estilo palacetes. Están ubicadas muy cerca de las zonas de escombro, y son a menudo pasto del abandono, en un enclave que podría convertirse en un atractivo turístico si el entorno estuviera bien cuidado. Algunas de las torres están muy deterioradas, semiderruidas, y otras aparecen llenas de grafitis. Actualmente se ofrecen rutas turísticas a pie o en bicicleta a lo largo de un itinerario de 12 kilómetros que enlaza las distintas construcciones diseñado por el Ayuntamiento, el grupo Plinthus y el Colectivo por la recuperación de las Torres de la Huerta, pero no todo el mundo las conoce.
Las escombreras entre las torres de la huerta no son la única denuncia de Compromís, que también alertó de la existencia de vertidos incontrolados contaminantes para la fauna y la flora de la Cala Cantalar, en el Cabo de las Huertas de Alicante, un espacio reconocido como Lugar de Interés Comunitario y con una microrreserva de limoniums.
Otro de los espacios que más quejas ha generado ha sido la escombrera situada junto a la autovía en Rabasa, en las proximidades del recinto donde se instala la Feria de Navidad, donde durante años se han acumulado vertidos ilegales de todo tipo de basura y objetos. Existía otra escombrera similar junto al Panteón de los Guijarro, en Villafranqueza, que sí que se ha limpiado recientemente. El Ministerio de Fomento ha pedido al Ayuntamiento, autoridad competente, el saneamiento de otro espacio lleno de residuos en las proximidades de la autoviía de circunvalacioón, entre las salidas de Mercalicante y la Universidad, a la altura del Cementerio.
