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Un aparcamiento de barro

El parking del Portón sufre filtraciones de agua cada vez que llueve en la ciudad

Un aparcamiento de barro

Embarrado hasta los topes. El nuevo aparcamiento del Portón, situado en el Casco Antiguo de Alicante, se llena de agua y lodo cada vez que llueve, lo que dificulta el uso de las plazas y el acceso de los vehículos al recinto, recién inaugurado pero que funciona a medio gas. Una planta completa de las cuatro de este parking hecho en superficie está aún vacía ya que no hubo solicitudes en el plazo que se cerró en junio al ofrecerlas el Ayuntamiento en régimen de concesión, pese a la gran necesidad de estacionamiento que tienen los residentes, quienes preferían el alquiler, más barato.

Sea como sea, el ansiado parking que tanto se ha demorado presenta problemas. Los vecinos achacan las bolsas de agua y el barro que, aunque no impiden utilizarlo, ensucian los vehículos y complican el acceso peatonal, a las corrientes subterráneas y afirman que el agua se va filtrando por la roca. «Todo lo que pega al muro del Castillo tiene filtraciones y eso lo deberían saber los arquitectos que lo diseñaron. Esperamos que hayan hecho estudios geotécnicos y sepan que hay agua. De hecho, pasa lo mismo con las viviendas», explicaron, a la vez que recordaron los problemas de cimentación que se han dado en nuevas edificaciones. En esta línea, reclaman que se hagan catas en los terrenos cuando se construye. Algunos vecinos que residen en viviendas enclavadas en la falda del Castillo han introducido canalizaciones para conectar con el alcantarillado y que el agua de las filtraciones vierta directamente.

La asociación Laderas de Benacantil ha recibido quejas de varios vecinos por la entrada de agua y el barro tanto en el parking del Portón como en el nuevo colegio San Roque tras las últimas lluvias. «Son obras nuevas. Esperamos que el Patronato de la Vivienda, responsable de ambas, tome medidas», dijo uno de los representantes vecinales, José Baeza.

El gerente del Patronato, Gaspar Mayor, explicó a este diario que el agua que ha entrado en el recinto de aparcamiento se debe a la falta de impermeabilización en la urbanización de un espacio público próximo, que forma parte del mismo proyecto, en concreto el ajardinamiento de una zona recayente a la avenida Jaime II.

«La obra del parking se terminó antes de que se permeabilizara ese espacio, y dos veces que ha llovido se han producido goteras dentro, pero no se puede inundar en ningún caso porque está a nivel». En cuanto al funcionamiento del parking, el gerente indicó que de las cuatro plantas de que consta, dos están en funcionamiento en régimen de alquiler y una más en concesión por 50 años. Sin embargo, la cuarta se ha quedado vacía ya que no hubo suficientes solicitudes y la próxima semana saldrá a concurso de nuevo.

Los vecinos lucharon por que las 113 plazas fueran en régimen de alquiler al adaptarse mejor a las necesidades económicas de los residentes, en una zona con una gran carencia de aparcamiento, sin conseguirlo. «El Ayuntamiento optó por la concesión para sacar dinero en efectivo, pero no se han cubierto las plazas», dijo Baeza. Sólo 56 son en régimen de arrendamiento y los vecinos siguen sufriendo multas y arrastres de grúa.

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