«No he visto yo muchos autobuses de Albacete que vengan los domingos a Alicante a comprar». Con esa frase trató ayer de zanjar el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, el desencuentro abierto por el Ayuntamiento con el sector hotelero de la ciudad tras la decisión de reducir el área comercial de afluencia turística que permite libertad de apertura y horarios y que afectará a la avenida de Maisonnave, una de las principales arterias comerciales de Alicante. La reducción del perímetro de libre apertura circunscribiéndola al entorno de Canalejas, plaza Calvo Sotelo, Gerona, Rambla, Casco Antiguo y Explanada de España salió adelante ayer en el Consejo de Comercio Local, pero con una importante división de opiniones y con la oposición de los comercios del centro, hosteleros y hasta la Universidad de Alicante.

Diez votos a favor (ocho de ellos del equipo de gobierno y el Consell), nueve en contra y tres abstenciones. Ese es el resultado de las votaciones de la propuesta que llevó el equipo de gobierno al Consejo de Comercio para reducir el perímetro de la Zona de Gran Afluencia Turística dejando fuera de la misma las grandes superficies comerciales de Maisonnave y trasladándola a las calles del centro tradicional donde se concentra el pequeño comercio de menos de 300 metros, que por ley ya puede abrir los domingos y festivos.

Junto al equipo de gobierno y el Consell, votaron a favor de la reducción del área la Unión de Consumidores y, por parte de los comerciantes, únicamente lo respaldó la asociación Copibad del barrio de Los Ángeles. En contra de la reducción se posicionaron las asociaciones comerciales del centro, como Corazón de Alicante y Más que Centro, además de las grandes superficies, la asociación de hosteleros y la Universidad de Alicante. También votaron en contra los grupos de la oposición del Partido Popular y Ciudadanos, con cuatro representantes en el consejo, porque reclamaron que la zona de libertad horaria se ampliara a toda la ciudad sin limitaciones. Comerciantes de Pla-Carolinas, Mercados Municipales y supermercados se abstuvieron.

Pese a lo ajustado de la votación, la propuesta del equipo de gobierno local salió adelante y la intención, como confirmaron desde el área de Comercio y el vicealcalde, Miguel Ángel Pavón, es llevarla a la práctica, con la posibilidad de introducir modificaciones, limitadas, en la búsqueda del «mayor consenso». «Hemos aceptado incorporar el Casco Antiguo, pero no puede haber una gran superficie dentro del área, tipo Corte Inglés», indicó Pavón, quien incidió en que se mantendrá la decisión de excluir la zona de Maisonnave. Así lo ratificó el equipo de gobierno en un comunicado en el que esgrime que la actual zona de libertad horaria «permitía que un gran centro comercial de la ciudad pudiera abrir todos los domingos y festivos, en detrimento del resto de grandes superficies comerciales de la ciudad».

Desde Corazón de Alicante, que agrupa a buena parte de los comercios del centro, Vicente Armengol justificó su postura en contra de reducir la zona de libertad horaria defendiendo que la actual tiene un efecto «dinamizador» y que, además de mantenerse, «debería apoyarse más».

Echávarri, por su parte, aseguró desconocer los informes que sitúan a Alicante como la cuarta ciudad de España en el ranking de urbes con atractivo para el incipiente turismo de compras. «Los hoteleros dicen que no tenemos una Alhambra o un Guggenheim, pero tenemos el castillo de Santa Bárbara y la gastronomía. Además, los resultados de estos dos años no han sido tan positivos. Muchos comercios que abrieron ya no abren porque no les salen las cuentas y tampoco lo salarios de los trabajadores eran buenos. ¡Pérdida de competitividad! Que me lo demuestren», subrayó el alcalde, tenso y sorprendido por la reacción de los hoteleros.