La consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián, ha manifestado hoy la satisfacción del Consell porque el Gobierno de España haya reconocido pública y expresamente la desalación de agua como parte importante de la solución al déficit hídrico, al acordar abaratar su precio. Al mismo tiempo ha lamentado que no se haya hecho partícipe al Consell de la decisión de financiar ayudas en la desaladora de Torrevieja, de la que pueden beneficiarse los regantes alicantinos por los recortes que sufre el Tajo-Segura. De esta forma, Cebrián vuelve a ningunear a los agricultores alicantinos -tampoco aceptar recuperar la toma de Cortes de Pallás para el Júcar-Vinalopó, que el sábado pasado criticaron el acuerdo y alertaron que el desalada, aún con subvención, costará 0,42 euros el metro cúbico (iva y peajes), cuatro veces más que la del trasvase Tajo-Segura. Contra el acuerdo también se mostró en contra el Instituto Interuniversitario de Geografía de la Univesidad de Alicante, que considera el acuerdo firmado por el Ministerio y el Acueducto Tajo-Segura un paso más para el cierre definitivo del trasvase.

La titular autonómica de Agricultura y Medio Ambiente ha solicitado también información a la ministra sobre los términos en los que se va a producir esa anunciada financiación de ayudas en la planta de desalación alicantina por parte del Gobierno de España, así como su compatibilidad con la normativa de la Unión Europea.

Cebrián ha interpelado en este sentido a la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, en el transcurso del Consejo Consultivo de Política Agraria para Asuntos Comunitarios, que ha reunido este martes a los consejeros autonómicos en la sede del ministerio para tratar distintos proyectos y propuestas de la política agroalimentaria, pesquera y medioambiental europea.

La consellera ha reconocido el esfuerzo del Ministerio por reducir el precio del agua procedente de las desaladoras, porque supone «una aceptación explícita de la gran importancia de estas plantas tienen para resolver los problemas de provisión de agua que padece buena parte de la Comunidad Valenciana» y porque forma parte del discurso que el equipo de la Conselleria ha mantenido desde el inicio de la legislatura.

Desde su toma de posesión, Elena Cebrián ha insistido en la necesidad de «una visión global y a largo plazo» en la gestión del agua como bien escaso que es y será, que incluye el empleo del agua desalada y la búsqueda de fórmulas para rebajar su coste, junto a la mejora y eficiencia de los regadíos, el uso de los mecanismos de trasvase existentes, así como la promoción del ahorro hídrico y reutilización de agua depurada.

A finales de la semana pasada, la ministra anunció medidas para hacer frente a la sequía en la cuenca del Segura que supondrían, según se dijo, una rebaja del precio hasta los 0,30 euros por metro cúbico en el caso de la desaladora de Torrevieja, «con un coste para el Ministerio de 6 millones de euros».

La responsable de la política agraria valenciana ha recordado que tanto los agricultores de la cuenca del Segura como los del Júcar se están viendo afectados por la sequía reinante y que, atento a las necesidades de unos y otros, al Gobierno valenciano le gustaría ser partícipe de procesos de decisión política como el que ha llevado al anuncio del abaratamiento del precio del agua desalada. Cebrián ha recordado que el litoral valenciano cuenta con siete plantas desaladoras, además de la de Torrevieja.