Fernando Flores Arroyo, alcalde de Alicante entre 1963 y 1966 y presidente de la Cámara de Comercio de 1967 a 1982, falleció ayer a los 95 años de edad. Su mandato al frente del Ayuntamiento destacó porque en él comenzó a gestarse el que sería el primer Plan General de la ciudad, aunque su trascendencia como figura pública vino sobre todo por su trayectoria empresarial, como socio de una importante consignataria de mercancías. Esta labor, junto sus años en la presidencia de la Cámara, le habían convertido en una persona muy conocida en Alicante, que ha mantenido su vida pública hasta este mismo año a pesar de su longevidad.

De hecho, su última aparición en público fue el pasado junio, en la toma de posesión como alcalde de Gabriel Echávarri. Lo recordaba ayer su sobrino, el exconseller y expresidente de la Autoridad Portuaria de Alicante Mario Flores -actualmente diputado del PP en el Congreso-, que señaló que únicamente en las últimas semanas se había deteriorado su salud. Hasta el último momento había mantenido, además, una importante actividad intelectual, y también física hasta fechas bastante recientes. En enero también había acudido a la toma de posesión de Miguel Valor como primer edil.

Fernando Flores Arroyo era uno de los hijos del fundador de la consignataria de mercancías Fernando Flores SL, creada en 1919. Esta agencia llegó a convertirse en una de las más destacadas de Alicante y abrió oficinas en distintas ciudades de todo el mundo, y sigue en la actualidad en funcionamiento. Paralelamente, en 1960 entró como concejal en el Ayuntamiento de Alicante, y en septiembre de 1963 fue designado alcalde, cargo que ocuparía hasta octubre de 1966. En ese lapso de tiempo impulsó la ordenación urbanística de la ciudad a través de un Plan General, que finalmente entraría en vigor años más tarde. Asimismo, trató de que Alicante fuera, en palabras de su sobrino, una urbe «más abierta» hacia el exterior mediante la actividad turística y la construcción de infraestructuras.

Mario Flores destacó también esa apertura en la mentalidad de su tío, probablemente «por el ejercicio de su profesión», que le había llevado a residir un tiempo en Estados Unidos. Con su constancia había logrado, además, que la empresa tuviera una notable expansión. Al mismo tiempo, siempre mantuvo «fuertes convicciones religiosas» y «un gran sentido de la familia», un hecho que hacía que ayer sintiera de manera especialmente intensa su pérdida. «Lo respetaba como a un padre», apostilló. Añadió que «se nos ha ido una gran persona», a la vez que recalcaba que había sido «alcalde por vocación» y que, en cierta manera, él lo había tenido como referente en cuanto a las «inquietudes políticas».

Por su parte, el actual presidente de la Cámara de Comercio, José Enrique Garrigós, transmitió ayer «en nombre del Comité Ejecutivo y Pleno de la institución» su pésame a la familia de Fernando Flores y reconoció públicamente su trayectoria al frente de la entidad durante 15 años. Para Garrigós, el fallecido «constituye todo un ejemplo de entrega y generosa dedicación», tanto a la Cámara como a la ciudad de Alicante. Agregó que en su mandato fue cuando la institución «se consolidó como referente empresarial de la provincia en un periodo complicado como fue el cambio de régimen político, sobre todo en la transición», un aspecto que «añade aún más mérito a su labor».

Garrigós recordó que Flores siempre mantuvo su vinculación a la Cámara y hasta hace poco tiempo mantenía su asistencia a los actos institucionales más importantes. El funeral se oficiará a las 10.15 horas de hoy en el Tanatorio de la Santa Faz.