El mal olor no se puede embotellar para demostrar que hiede y sólo cabe describirlo, pero puede que no se acierte en la intensidad suficiente. A las puertas del vertedero de Alicante huele, lógicamente, mal. Como si se hubiera quedado abierta la bolsa de basura durante días. Pero es que a kilómetros de ese vertedero también huele fatal: es lo que denuncian vecinos de las partidas próximas y de otras más lejanas que ayer protestaron ante las puertas de la planta de Alicante con mascarillas puestas para evidenciar que el mal olor que soportan también les acarrea un problema de salud y exigen que se tomen medidas para evitarlo.

La calidad de vida de unas 4.500 personas se ve mermada prácticamente a diario por los malos olores que perciben. Y lamentan que este ha sido el peor verano de la historia del vertedero. «Lo hemos pasado muy mal, olía peor que nunca y hemos tenido moscas, mosquitos y también ratas», denuncia Dori Pastor, la presidenta de la Asociación de Vecinos Santiago Apóstol de La Cañada.

Desde las once de la mañana de ayer y vigilados por Policía Local y Nacional, cerca de un centenar de personas se concentraba ante la planta de Fontcalent coreando consignas como «Con la salud no se juega», y con pancartas en las que se leía «Alicante no es el vertedero de la Comunidad Valenciana, no a la incineración» o «AVV El Saladar, por un aire sin veneno no al macrovertedero». El presidente de la asociación de vecinos Los Monteros-Fontcalent, José Antonio Alcaraz, advertía de que estos lemas «son de las manifestaciones de hace dos años, pero no ha cambiado nada, sirven perfectamente». Alcaraz reconoce que son muchas las reuniones que mantienen con los responsables del vertedero, que les escuchan, pero lamenta que no ven mejoras y de hecho todos los vecinos coinciden en que los olores van a más.«A las siete de la mañana te puede despertar el mal olor, no se pueden abrir las ventanas.

«Estamos aquí porque hay días que se hace inhumano vivir. Cuando llega el aire a mi casa se vuelve insoportable», cuenta una vecina de Fontcalent. La representante de las Ampas, Diana Vidal, lamenta que «cuando sopla poniente no hay quien viva, te quieres morir. Nuestras casas huelen a establo» y señala que ese mal olor afecta a los escolares de La Cañada con 170 niños y Verdegás, cuya concentración en clase también se ve afectada.

El presidente de la asociación El Saladar de Fontcalent, Agustín Pérez, reivindica «que se trate la basura como es debido y que no se dediquen sólo a recibir las ayuda, la planta no recicla, cada día deberían cubrir con tierra los residuos y no lo hacen porque no dan a basto». Los vecinos advierten que el problema es que la planta preparada para recibir la basura de Alicante recibe de muchas otras poblaciones y «está colmatada». La Plataforma se ha adherido recientemente a una denuncia de Ecologistas en Acción exigiendo que lo que no se puede reciclar a diario que se cubra para evitar las emanaciones.

Entre las pancartas también estaba la de la plataforma Albatera no al vertedero. Vecinos de la localidad de la Vega baja acudieron a apoyar y a exigir concienciación «y a exigir un modelo más sostenible y concienciación», expone José Domingo Guillén. En la protesta apoyaba a las partidas con una pancarta el partido Podemos, el presidente de los vecinos de Bacarot que a su vez es asesor de Medio Ambiente, Ernest Blasco, y el diputado nacional socialista Rufino Selva.