Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La bandera ya tiene padrinos

Seis alicantinos y un francés asumen el mantenimiento de la enseña de la plaza del Mar

La bandera ya tiene padrinos

«En Estados Unidos hay banderas por todas partes, ¿por qué en España no vamos a poder tener una, además en un sitio emblemático como es la plaza del Mar de Alicante, y que todo el mundo la vea? No es un tema político, es patriotismo. Amamos a España y la bandera». Así habla Felipe Fuster Tasa, empresario estibador, uno de los seis alicantinos que ha asumido el mantenimiento de la rojigualda situada en el escaparate litoral. Pero hay un séptimo, un francés que reside en la terreta, «de toda la vida, que tiene negocios aquí y al que le gusta España».

Los siete ciudadanos se han comprometido a costear una nueva enseña cada vez que se estropee ya que a causa de la lluvia, el viento y el sol hay que cambiarla tres o cuatro veces al año. Y lo hicieron al conocer que las instituciones que hasta ahora se encargaban de su mantenimiento, entre ellas el Ayuntamiento y la Subdelegación de Gobierno, no podían continuar con ese gasto por problemas presupuestarios.

La primera bandera con estos nuevos padrinos se izó el Nou d'Octubre en la plaza del Mar para que luciera en todo su esplendor tanto en esa festividad como el día 12 por la celebración de la Hispanidad, después de que se retirara la anterior, muy raída, y es de mayores dimensiones frente a lo que era habitual. «Es la más grande que ha ondeado al menos en los últimos años en la plaza del Mar. Tiene cinco metros de ancho por siete y medio de largo y es de buena calidad», adquirida en un comercio especializado de La Florida. «La que ponían últimamente era tan pequeña por falta de presupuesto que se deterioraba enseguida», explicaron.

Su compromiso es pagar una nueva cada vez que sea necesario, en lo que puede colaborar quien lo desee. «En Alicante hay gente suficiente para poder pagar entre todos una nueva cada dos o tres meses al año», y aunque no quisieron concretar el coste, aseguran que fue inferior a los mil euros. «En esta ocasión hemos sido siete, pero buscaremos más gente, y mantendremos la bandera hasta que las entidades se puedan hacer cargo», precisó Luis Miguel Calvo, otro de los benefactores, que tiene una empresa de transporte marítimo.

Bernard Stroiazzo es el francés que ha contribuido a pagar la nueva rojigualda. Empresario inmobiliario, explica que es «un acto patriótico ahora que España está amenazada por el regionalismo», apuntó en alusión al proceso independentista de Cataluña. «Mi madre es española, llevo toda la vida aquí, trabajo aquí, qué menos que colaborar». De Francia se acordó otro de los mecenas, Emilio Peña, empresario inmobiliario, que dice haber visto en el país vecino más banderas españolas que aquí, sobre todo en los toros en Nimes y en Béziers, «se te ponen los pelos de punta», reconoció.

Los cuatro componen junto a los empresarios José Luis Sánchez Requena, del sector inmobiliario, y Santiago Sánchez, de hostelería, y a Francisco José Mira, mayorista en la nueva dársena pesquera de Alicante, un grupo de amigos que, reunidos en una comida, tuvieron la idea de responder de su bolsillo por la rojigualda de la plaza del Mar al conocer que las administraciones no podían seguir cambiando la bandera por problemas presupuestarios. Esta enseña sobre el Monumento al Soldado en pleno escaparate litoral se vio envuelta en la polémica hace tres años cuando la Concejalía de Atención Urbana decidió arriarla para ahorrar puesto que la tenía que cambiar cuatro veces al año por el desgaste que sufre por el viento, y cada una de esas veces tenía que desembolsar 600 euros.

Finalmente, y después de que un alicantino se ofreciera a pagarla, el Mando de Operaciones Especiales de Rabasa, la delegación del Ministerio de Defensa en Alicante, la Subdelegación del Gobierno y el Ayuntamiento decidieron asumir los 2.400 euros que costaba mantener izada de forma permanente la bandera española en la Plaza del Mar, y la reponían por turnos al estropearse. Un acuerdo ahora en suspenso.

Rota por el viento

En medio de su entusiasmo, los mecenas han visto cómo la bandera se ha desgarrado ligeramente en su parte superior a raíz de la tormenta de esta semana. En los próximos días se descolgará y se renovará la franja roja dañada.

Compartir el artículo

stats