«El patriotismo es amor por la tierra y el nacionalismo es una política necesaria para defenderse del otro cuando no lo respeta, pero, como todas las cosas, puede exacerbarse». Algunas de las reflexiones que pronunció el expresidente uruguayo, Julio María Sanguinetti, en su discurso de investidura como doctor Honoris Causa por la Universidad de Alicante, tenían como clara referencia el desafío soberanista en Cataluña. Preguntado al respecto, sopesó que lo que efectivamente necesita España es que el Gobierno entable conversaciones para resolver el conflicto. Abundando en el tema puntualizó que «miramos el proceso catalán con el deseo de que logren el entendimiento, que se entiendan, y con el deseo de que Cataluña siga siendo España, y España, Cataluña, a la que concebimos siempre como una identidad».

Tanto el magnate mejicano Carlos Slim, como el expresidente Felipe González, coincidieron en destacar la altura y profundidad del discurso de Sanguinetti, aunque el primero declinó desarrollar una valoración propia al respecto y se limitó, ante la insistencia de los periodistas, a incidir en que su presencia estos días en Alicante implica que tiene inversiones en España. «Cuando uno está en una empresa u organización tienen que invertir siempre. Todas las empresas tienen su propia dinámica y no conozco empresas que dejen de invertir». Fue todo cuanto quiso decir quien posee la cuarta mayor fortuna del mundo, que hoy vuelve al Paraninfo del campus alicantino para pronunciar una conferencia sobre «El valor de la eficacia democrática en el desarrollo» en el marco de la XXII reunión plenaria del Círculo de Montevideo que preside el propio Julio María Sanguinetti.

Peligro

Felipe González, igualmente remiso a pronunciarse inicialmente, en su empeño por no restar protagonismo a la investidura como Honoris Causa de Sanguinetti, acabó sucumbiendo ante la insistencia de los medios de comunicación: «Corremos el mismo peligro que se está viviendo a nivel internacional con los nacionalismos. Estamos ante la tentación de la anomia. La falta de respeto a las normas», concretó sobre el conflicto catalán. «¿La voluntad mayoritaria se puede convertir en una voluntad que trasgrede las reglas de juego que le han dado la mayoría? Pues no», zanjó el expresidente del Gobierno de España con rotundidad. «La gente cree que cuando tiene la mayoría, esa mayoría se puede utilizar más allá de las reglas de juego sin respetarlas y más allá de la ley», zanjó como conclusión.

Previamente Sanguinetti, también ensayista, periodista, historiador y abogado, había considerado «difícil, a veces, administrar los sentimientos, y si no que lo diga España, con sus nacionalidades, con sus particularismos, por sus debates, que muchas veces los miramos desde lejos y nos cuesta reducirlos al término de la racionalidad, pero los entendemos porque en definitiva son y están basados en los sentimientos».

Subrayó además que «la democracia debe cuidarse porque es moderación y sin ella empieza a agrietarse, corromperse y perderse», y abundó en alertar contra el peligro de «los dogmatismos que la acechan».

Entre los dogmatismos más peligrosos que atentan contra la convivencia, el nuevo Honoris Causa citó la Religión y más concretamente al «islamismo radical que nuevamente asola el mundo y enfrenta a civilizaciones que deberían estar hablando y construyendo, y que un día convivieron». Como ejemplo echó la vista atrás, a la España «de hace siglos en el caso de musulmanes, judíos y católicos». Defendió que la democracia debe anteponerse a las «intolerancias» religiosas, políticas y sociales.

A la ciencia y la tecnología les otorgó el papel de que «pueden ser progreso o suponer destrucción», defendiendo la idea de que la ciencia no tiene moralidad, por lo que deja en manos de los gobiernos «que sea ética y esté al servicio del progreso». Concluyó con una reflexión de Pericles sobre quienes pasan necesidad: «Pobreza no es vergüenza. Sí lo es no hacer nada por superarla», dijo entre aplausos. Con su discurso enteramente improvisado ante la comunidad universitaria y los miembros del Círculo de Montevideo que preside, da hoy paso al plenario que celebra el club de opinión internacional durante todo el día en el Paraninfo desde las 9.30 de la mañana.