Los restos del huracán «Joaquín», que se originó en el Pacífico y se despide en el Mediterráneo, dejaron ayer fuertes lluvias en la provincia, especialmente en la Marina Alta y Alicante, aunque también en Elche y la Marina Baixa. Los aguaceros cortaron calles, dejaron vehículos atrapados y, en Alicante, los Bomberos tuvieron que desalojar a cuatro personas al caer un falso techo en la calle Jávea.

Una tromba de agua que descargó con gran fuerza en el litoral sur de la Marina Alta convirtió ayer en ríos las principales avenidas turísticas de Calp. El aguacero dejó 83 litros/m2 en Moraira, donde se marcó el pico de lluvia.

En Calp, empezó a arreciar sobre las 12 horas. Dos horas después, la avenida Juan Carlos I era una trampa. Numerosos conductores se quedaron atrapados. El vial acumulaba medio metro de agua. Los coches se paraban uno tras otro al entrarles agua en el motor. Sus ocupantes permanecían dentro de los vehículos a esperar que la lluvia diera un poco de tregua. Mientras, otros conductores buscaban las calles que dan al paseo marítimo de la Fossa; sabían que se quedarían sin poder salir hasta que bajara la inundación de la avenida, pero al menos ponían a salvo sus vehículos.

«Ha sido tremendo», comentaron dos empleados de un supermercado de la misma avenida Juan Carlos I que se quedaron tirados con su furgoneta en medio del lago en el que se convirtió este vial. «Hemos salido del supermercado y, unos metros más adelante, ya no podíamos avanzar y ha empezado a entrar agua por el tubo de escape de la furgoneta».

La inundación atrapó a una treintena de vehículos. Muchos estaban ocupados por personas mayores que optaron por la paciencia. «El agua ha empezado a entrar dentro del coche. Pero no hemos sentido pánico. Sabíamos que el nivel ya no podía subir mucho más», comentó una jubilada alemana.

La Policía Local cerró al tráfico este vial, al igual que las avenidas que rodean el humedal de les Salines. Precisamente, la de Juan Carlos I separa el antiguo saladar de las torres de apartamentos y los hoteles de la turística playa de la Fossa. Los garajes subterráneos de varios edificios también se inundaron.

Que estas avenidas se aneguen no es algo excepcional. Las torres hacen de barrera y no dejan que el agua escape al mar. Para evitar la inundación, se instaló hace un par de años un grupo electrógeno de emergencia de bombeo de aguas pluviales. Costó 29.527 euros. Pero ayer se colapsó. No dio abasto.

A media tarde, Juan Carlos I seguía con mucha agua acumulada mientras las grúas se afanaban en ir retirando los vehículos. La fiesta de la cerveza, cuya carpa está en esta avenida, se suspendió.

La lluvia en Benidorm estuvo presente de forma intermitente durante todo el día de ayer, con las primeras gotas que cayeron por la mañana y a las que le siguió la aparición del sol. No obstante, lo peor llegaba por la tarde, pasadas las 18 horas, cuando se registraron periodos largos de intensa lluvia, que se combinaban con el viento y que remitieron alrededor de dos horas después.

El Ayuntamiento cerró al tráfico varios puntos de la ciudad a modo de prevención. Una de las más importantes, y que siempre es la primera en sufrir daños, es la conocida como la curva del «number one», para la que cerraron un vial de la avenida Alfonso Puchades. También estuvo cortada la calle Pekín, la carretera del barranco Barceló (a la altura de los apartamentos Flamingo) y la Avenida Villajoyosa.

Asimismo, hubo diferentes apagones en las calles, como en la avenida Jaime I, aunque ninguna afectó a los semáforos. Según explicó el portavoz del Gobierno, José Ramón González de Zárate, forma parte de un mecanismo de seguridad. «Prácticamente el 100% de los centros de control están preparados para que salte en cuanto se detecte una avería y esto no ocasione, por ejemplo, que un viandante se electrocute por tocar la farola», dijo González de Zárate. Además, entró agua en el colegio Vasco Núñez de Balboa. Zárate aseguró que llevan casi un mes trabajando en la limpieza de los barrancos y cerca de dos meses en los imbornales, para que en momentos como éste no termine en caos.

La tormenta obligó ayer al Parque de Bomberos de Elche y a la Policía Local a realizar varias intervenciones, aunque apenas hubo incidencias graves.

Una de las zonas que presentó mayor problema fue una de las rotondas de la Vía Parque a la altura de Torrellano donde tres vehículos tuvieron dificultades para circular por la acumulación de agua, por lo que quedaron varados en un arcén. Asimismo, los agentes tuvieron que socorrer a otro conductor en la carretera de Santa Pola. Los barracones del colegio de Torrellano sufrieron la entrada de agua y más de una gotera. Además cayeron varios cascotes sin causar daños.

Las tormentas que cayeron a última hora de tarde de ayer sobre Alicante dejaron una media de 60 litros de agua por metro cuadrado, y en algunos puntos como en la Playa de San Juan y el Cabo de las Huertas representaron el 40% del total de la precipitación que había caído hasta ayer en todo el año, pero en tan sólo dos horas. Según informó Jorge Olcina director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante la causa fue que se formó un núcleo de tormentas sobre el Maigmó, pero la lluvia cayó bien, porque no se produjo de forma torrencial, pese la intensidad con la que descargó en algunos momentos. La tormenta cayó con mayor virulencia a partir de las 20 horas provocando ríos de agua por la avenida Doctor Rico, barrio de San Blas, Rambla, Explanada y avenida de Elche, además de la zonas puntuales de la primera línea de la Playa de San Juan, en la avenida de Niza, donde el paseo está por debajo del nivel del mar. Entre las incidencias mayores el embolsamiento de agua en la zona del puente rojo y en la avenida de Elche, que llegó a estar cortada en ambos sentidos a la altura de la fábrica de aluminio, y obligó a que se desplazaran hasta el lugar varias grúas a mover vehículos atrapados por el agua, aunque no hubo que socorrer a sus ocupantes. Algo que sí sucedió en un piso de la calle Jávea, donde se desprendió un falso techo y hubo que desalojar a cuatro personas. También se inundó el Paseo de la playa de Urbanova.