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El Consell castiga al turismo al darle sólo el 0,2% del presupuesto

La situación se ha agravado en la crisis con un recorte del 70% en los fondos para la promoción

El Consell castiga al turismo al darle sólo el 0,2% del presupuesto DAVID REVENGA

El sector turístico ha sido el gran olvidado del Consell en los últimos 20 años periodo en el que, pese a todo y con la crisis económica más fuerte que ha vivido España y la provincia desde la postguerra, ha seguido tirando de la economía y creando empleo. Y todo sin recibir casi nada cambio de una Generalitat que maneja unos 16.000 millones de euros de presupuesto al año, pero del que sólo un 0,2% -32 millones de euros- se destina a sostener la Agencia Valenciana de Turismo que, por su parte, se ha olvidado del marketing y la promoción, hasta el punto de que el periodo 2007-2015, el de la crisis el esfuerzo inversor ha pasado de los 19,7 millones de euros invertidos en 2007 a los 5,7 millones de este año, lo que se traduce en un descenso del 70%. Miseria para un sector que mantiene 300.000 puestos de trabajo y representa el 14% del PIB de la provincia. Mientras el Consell apenas invierte 32 millones de euros, el sector mira con envidia a Andalucía, cuyo esfuerzo presupuestario en Turismo es de 100 millones de euros al año.

El último gran recorte presupuestario se produjo el año pasado, cuando la entonces Conselleria de Turismo redujo hasta la pírrica cifra de 5,4 millones de euros la partida que destinó a los proyectos dirigidos a fomentar la innovación y la competitividad turística, entre los que destacaban las actuaciones dirigidas a potenciar el apoyo de los emprendedores que aspiran a crear una empresa y, por lo tanto, empleo, en un sector que pese a la falta de apoyo institucional ha sido el que mejor ha capeado la crisis. El turismo, tradicionalmente la actividad menos apoyada económicamente por el Consell, pese a que llegó a tener conselleria propia en los tiempos de Francisco Camps, volvió a pagar el pato del ajuste impuesto por Hacienda al ejecutivo autonómico y apenas tuvo unos 10 millones de euros para promoción y ayudas. La situación es alarmante porque de un presupuesto general medio de unos 60 millones al año hasta 2009, se ha pasado a los 32 millones de este año, pero que tampoco se han ejecutado al cien por cien. El calvario de recortes que sufre la Conselleria de Turismo se generalizó a finales de 2012 cuando se suprimieron las ayudas para incentivar la modernización de la planta hotelera dejando sin efecto las subvenciones que se habían aprobado, ya con recortes, en febrero, lo que dejó colgados a unos cien hoteleros de la Comunidad, el 80% en la provincia de Alicante. Ayudas cuyo importe se movía en una horquilla entre los tres mil y el millón de euros, y que en los últimos años habían servido de acicate para impulsar muchas actuaciones.

Un año antes, la Conselleria de Turismo se había quedado sin una de las pocas fuentes de financiación que le quedaban tras los recortes del Consell, al ver cómo el Ministerio de Economía también anuló los convenios que veía firmando desde 2010 para copatrocinar las campañas de promoción de la Costa Blanca, Benidorm, Valencia y Castellón. Hacienda bloqueó la iniciativa debido a que la Generalitat había superado su objetivo de déficit, por lo cual se consideró que firmar acuerdos implicaba aumentar costes, y el Consell de Fabra lo tenía prohibido por el ministro Montoro. Turespaña no pagó, además, los 3 millones de euros que debía haber aportado. La consecuencia directa fue un recorte de las campañas de promoción cuando más se necesitaban, debido a que el año avanzaba y el sector turístico estaba a dos meses del inicio de la temporada alta.

A la precaria situación en la que se quedó la Conselleria de Turismo, se sumó el que el departamento que dirigía Máximo Buch mantuvo congeladas las ayudas convocadas para incentivar la modernización de la planta hotelera, lo que dejó sin efecto las subvenciones que aprobó, ya con recortes, en febrero de 2012, dejando colgados a unos 80 hoteleros en la provincia de Alicante. Ayudas cuyo importe se mueve en una horquilla entre los tres mil y el millón de euros, y que en los últimos años habían servido de acicate para impulsar actuaciones de los empresarios, incluso de los tradicionalmente remisos a invertir más allá de lo necesario para mantener abierto el hotel, según recordaron ayer fuentes de la patronal hotelera.

El tajo dejó a los hoteleros sin unos dos millones de euros, a los que hay que sumar los alrededor de 12 millones que adeuda el Consell desde finales de 2009. El recorte presupuestario impuesto por la Conselleria de Hacienda también se llevaría por delante la mitad de los cursos de formación ocupacional turística que se imparten en los centro dependientes de la Conselleria de Turismo (Alicante, Dénia, Benidorm y Torrevieja). Recorte que dejó sin cursos a unos mil de los dos mil quinientos alumnos que, entre desempleados y profesionales en activo, acuden a reciclarse, pasan todos los años por las aulas de una red que nació en 2004 y está considerada una de las mejores de España. Un desastre.

José María Caballé, presidente de la cadena benidormí Servigroup -9.000 plazas- considera un «error y muy triste que la Administración haya considerado al turismo como la Cenicienta del cuento y «no exista no sólo apoyo económico sino ningún tipo de planificación para el futuro, pero también es cierto que parte de culpa también la tenemos los hoteleros cuando nos empeñamos en vender que todo va estupendo en la ocupación pero sin entrar a valorar aspectos importantes y capitales como es la poca rentabilidad de los turistas porque por llenar se ofrecen precios por debajo del mercado. Ahí teníamos que incidir para que la Administración despertara». Caballé censura que los políticos que nos han gobernado se crean que «esto del turismo es como las fresas que nacen silvestres en primavera, se recogen y ya está. No sólo vale con tener buenas playas y dar buen servicio. Necesitamos un apoyo que nunca ha existido y es muy triste pero ya digo, parte de culpa la tenemos los empresarios con esa obsesión por pintar que todo va como la seda». Caballé tiene claro, por otro lado, que «lo que debiera hacer la Administración es velar porque funcionen los servicios esenciales. Que no se vaya la luz, el abastecimiento de agua y conservar las infraestructura que utilizan los visitantes».

Javier García, vicepresidente de la patronal Hosbec y de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) sostiene que «la falta de apoyo de la Administración al turismo y a otros sectores productivos de la economía es un grave error que a la larga pasará factura. Se han volcado con las políticas sociales en perjuicio de los sectores que mantienen el sistema y eso al final pasará factura y sólo quedará miseria. Se muestra una falta de visión de la clase política». Para García «la promoción es fundamental y como ejemplo ahí tenemos el de Apple, líder mundial en tecnología móvil, que se gasta un presupuesto millonario en márketing. La promoción es fundamental para captar nuevos turistas y visitantes con mayor poder adquisitivo y parece que lo han olvidado».

Inversión y excelencia

La Comunidad Valenciana debería invertir un total de 1.032 millones de euros para conseguir la excelencia de los servicios turísticos, orientados a la experiencia del cliente, según revela el primer estudio «Necesidades de Inversión Nacional para una Experiencia Turística de Excelencia», realizado por la consultora MdS. Por parte, el «lobby» empresarial turístico Exceltur ha lanzado esta semana una serie de reflexiones sobre el futuro del sector, tras cerrar el mejor verano de los últimos diez años. Los próximos comicios serán para Exceltur una «nueva oportunidad para promover desde el Gobierno que resulte elegido un nuevo ciclo de prosperidad sostenible».

Exceltur quiere asegurar la «mayor unidad de mercado» y un impuso de la actividad como mínimo desde una secretaría de Estado «exclusiva» en un Ministerio. También apuesta por renovar el litoral a largo plazo, con políticas de índole urbanística, fiscal y financiera; solicitar una reducción del tipo de IVA de las actividades turísticas e incrementar la deducción por reinversión en el impuesto de sociedades. Exceltur también recomienda acabar las inversiones de intermodalidad en el transporte para que el AVE pueda llegar a los aeropuertos y, entre otras necesidades, una mejora en la lucha contra el alojamiento sumergido.

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