Una placa en la plaza de Luceros recuerda desde ayer la muerte de Miquel Grau en 1977 como consecuencia del ladrillo que, el 6 de octubre, le lanzó un militante de Fuerza Nueva desde un balcón cuando colocaba carteles anunciadores de la Diada del 9 d'Octubre en los que se reclamaba libertad, amnistía y el Estatuto de Autonomía. Este reconocimiento fue seguido por un pleno extraordinario en el que, por unanimidad de todos los grupos políticos del Ayuntamiento de Alicante y a iniciativa de Compromís, se le concedió la Medalla de Oro de la Ciudad a título póstumo.

Sus tres hermanos recibieron la medalla de manos del alcalde, Gabriel Echávarri, que aseguró que «nadie duda de que hoy Alicante es más justa». La familia de Miquel Grau no pudo contener la emoción cuando todo el salón de plenos se levantó y les brindó un largo aplauso. «Gracias a todos por el reconocimiento», pudo articular entre la emoción uno de sus hermanos, José Ramón Grau. Ya finalizada la sesión, este último insistió en su agradecimiento por los actos y consideró que con ellos «la ciudad cierra su herida, pero no la familia, por que no devuelven a nuestro hermano, del que me acuerdo todos los días». La familia lamentó que poco después de su muerte y de la condena por homicidio, el Gobierno indultara al autor, en 1982, como también se destaca en la moción aprobada por el Ayuntamiento.

Dijo estar «contento y agradecido», pero lamentó que el homenaje «ha llegado tarde». Al respecto, incidió en que «tendría que haber sido antes; 38 años parecen muchos». No obstante, consideró que no es momento de «reproches» hacia quienes no lo habían hecho hasta ahora.

El turno de intervenciones de los grupos políticos en el pleno lo abrió el portavoz de Compromís, Natxo Bellido, quien recitó en valenciano una estrofa de la canción que Al Tall le dedicó a Miquel Grau y consideró que «representó la lucha de la ciudadanía, de la mayoría silenciosa que luchó por la democracia». Para Bellido el de ayer fue «un día grande» y destacó el apoyo unánime del resto de los grupos tanto del gobierno (PSOE y Guanyar) como de la oposición (PP y Ciudadanos) a su iniciativa. También puso de relieve que «el reconocimiento no se queda solo en el Ayuntamiento», en referencia a la placa colocada en Luceros, en el lugar donde le alcanzó el ladrillo que lo dejó en coma y que provocó su muerte días después. Los familiares, en presencia de numerosas personas, descubrieron la placa en valenciano, en la que se conmemora a Miquel Grau como «última víctima de la violència política de la transició democràtica».

Por parte del PSOE intervino la edil Eva Montesinos, quien consideró que, con el reconocimiento, se «salda una deuda con Miquel Grau y su familia» y que «Alicante recupera una parte de su dignidad con este gesto».

«A buenas horas», se escuchó desde el público, en alusión a los 38 años que se han tardado en homenajear a Grau.

Pavón, también en valenciano como los anteriores, lamentó que «la ciudad está malacostumbrada a olvidar episodios recientes».

Desde Ciudadanos, José Luis Cifuentes aludió a los Heraldos Negros del poema de César Vallejo para referirse a «la ausencia que ha tenido que vivir la familia de Grau». Por parte del PP, intervino el edil José Ramón González, quien aseguró que «Alicante se lo debía» a Miquel Grau.

El reconocimiento se enmarca dentro de los actos del 9 d'Octubre programados por el Ayuntamiento. Hoy se celebrará el concierto de la Banda Municipal que se ha trasladado de la plaza del Ayuntamiento a la Casa de la Música de Las Cigarrera por la previsión de lluvias. A las 20 horas.