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Cuatro mil cruceristas que miran pero no compran

La llegada de dos barcos de pasajeros el mismo día apenas repercute en el comercio

Cuatro mil cruceristas que miran pero no compran

El comercio los espera como agua de mayo pero después el impacto económico de los cruceristas en Alicante no es el esperado. La empresa que gestiona la terminal, Costablanca Portuaria, sitúa el gasto medio en 50 euros por persona y día pero muchos de los ingleses y alemanes que recalaron ayer en la ciudad en la escala de los cruceros Ventura (3.100 pasajeros y procedente de Italia) y Artania (mil, que venían de Málaga) optaron por pasear aprovechando el buen tiempo, tomarse un helado o un refresco en la Explanada y el Portal de Elche, comer en la calle Mayor, en la plaza Nueva o Castaños, y visitar el Castillo, sin hacer grandes inversiones.

Aunque había cruceristas en las tiendas de Maisonnave con bolsas de compras, desde El Corte Inglés indicaron que, pese a la mayor presencia de público extranjero, no habían notado un especial incremento en las ventas a este segmento de clientes frente a lo que es habitual. En la misma línea, el pequeño comercio destacó que era una jornada con más movimiento en las calles principales, como la Rambla, pero al menos por la mañana la facturación no aumentó demasiado. «Primero se sientan a comer, y luego suelen comprar», señaló Vicente Armengol, presidente de la Asociación de Comerciantes Corazón de Alicante.

«Son más de cuatro mil personas en la calle y para el comercio siempre es positivo que haya movimiento pero sería mucho mejor ser puerto base. Alicante tiene que conseguirlo, sí o sí. Pero queda mucho por hacer», afirmó. Armengol se refirió a unos folletos en los que se presentan los centros comerciales del centro como «shopping center». «Incluyen a Panoramis, donde no hay nada. Queremos hablar de todo esto con el nuevo presidente del Puerto, con el que tenemos pendiente una reunión. Abordaremos temas como los manteros y sobre todo, ver qué se puede hacer para que de verdad el turismo de cruceros tenga un impacto positivo en la ciudad». Más positiva fue la jornada para los restaurantes puesto que en las calles más céntricas prácticamente llenaron las terrazas con los cruceristas, desde los bares con menús más económicos a otros de mariscos.

«Cuando vienen los cruceros hacemos buena caja», aseguró el camarero de un bar de la plaza de Gabriel Miró. Aumentó el negocio sobre todo entre las 13 y las 16 horas, que fue el tiempo en que las escalas de los dos cruceros coincidieron en Alicante ya que uno llegó amaneciendo y el otro zarpó al anochecer.

La próxima oportunidad de captar cruceristas llegará el 19 de octubre, con la escala de tres barcos y más de 8.000 personas que se espera dejen más beneficio en Alicante, donde algunos aprovechan para comprar zapatos y chaquetas de piel, según el poder adquisitivo. Desde la empresa de cruceros señalaron que hay muchos turistas que optan por visitar Elche, Benidorm, Altea o Castell de Guadalest, incluidos en rutas que ellos mismos les ofrecen.

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