El consejero de la Autoridad Portuaria de Alicante por UGT, Carlos Bonet, ha presentado al nuevo presidente, Juan Antonio Gisbert, una iniciativa para recuperar el edificio de la antigua Lonja del Pescado y que pueda compartir la función para la que se construyó con una perspectiva más social, como es la de transformarse en una escuela náutica municipal -el alcalde Echávarri también está informado- dirigida a acercar el deporte de la vela y remo a todos los jóvenes alicantinos que no tienen acceso a los clubs náuticos.
El proyecto contempla, además, que en el muelle de la Lonja puedan amarrar pequeñas embarcaciones deportivas. La zona está abandonada tras el fracaso del plan de tres cofradías del norte de la provincia para reabrir el edificio a la compraventa de pescado, y la retirada de los inversores rusos que plantearon al entonces presidente, José Joaquín Ripoll, abrir una discoteca. Tampoco cuajó hace dos años la apertura en una zona del edificio de una planta para comercializar agua del mar.
El plan del consejero Carlos Bonet pasa porque el edificio pudiera tener dos usos. Como escuela náutica municipal, y también como lonja de pescado, pues al parecer este proyecto vuelve a moverse en la provincia.
La afición por los deportes náuticos en Alicante ha ido en aumento en los últimos años y funciona los 365 días haga frío o calor en los dos clubs náuticos del municipio -Real Club de Regatas y Costablanca-. El Ayuntamiento subvenciona algunas plazas (escasas) en estos clubs durante la temporada escolar. Y en verano se produce la explosión, tanto en los clubs como en la Playa de San Juan, donde durante en julio y agosto cerca de mil niños pasaron por las escuelas temporales ubicadas en el Cabo y Muchavista.
Nueve años después de su cierre por la quiebra de la Cofradía de Pescadores de Alicante, la actividad pesquera en el que llegó a ser el primer puerto del Mediterráneo en esta actividad a finales del siglo XX podría recuperarse en 2016 junto a un apartado lúdico educativo como es el de la escuela náutica municipal.
El puerto dejó desierto a principios de año el concurso público que había convocado para la explotación de las instalaciones para la denominada primera venta del pescado, y también de hielo, sobre un parcela de 3.026 metros cuadrados, en la que se levanta el inmueble de dos plantas.
La intención de las cofradías que se presentaron al proyecto y que ahora meditan volver a intentarlo era crear un gran centro de distribución de pescado, lo que tiraría del empleo en un puerto que languidece por la falta de actividad portuaria.
El puerto es el titular del inmueble pero para abrir como lonja de pescado necesita antes la autorización de la Generalitat, ya que la ley de Pesca obliga que las lonjas sean explotadas sólo por cofradías.
