El refugio antiaéreo de la Guerra Civil de la plaza de Séneca recibe de nuevo visitas. Los primeros turistas pudieron volver ayer por la tarde a entrar al búnker, que llevaba más de dos semanas cerrado al haberse estropeado las dos puertas de acceso y no tener partida para arreglarlo, hasta ahora, el Ayuntamiento. Fue posible gracias a la reparación exprés de uno de los accesos al túnel.
Una vez que el gobierno local tripartito ha podido habilitar el crédito necesario para arreglar los accesos, que continuamente se averiaban al no poder soportar las bisagras las pesadas puertas del búnker, apenas han tardado 24 horas en resolver el problema. El dinero procede de una partida de 2.000 euros de la Concejalía de Cultura dado que el área de Memoria Histórica, que gestionará los refugios, aún no tiene dotación presupuestaria y ha recibido personal esta misma semana.
Operarios de una empresa especializada desmontaron hacia las ocho de la mañana de ayer una de las dos puertas que tiene el refugio y se la llevaron de una pieza a un taller para proceder a reparar las bisagras tras recibir el Ayuntamiento la garantía de que será una solución duradera y, sobre todo, segura para el público que lo visite, tal y como informaron fuentes municipales.
Dado que una entrada quedó al descubierto, el Ayuntamiento envió a un agente de Policía Local a vigilar que nadie se colara. La puerta, ya reparada, se colocó hacia las cinco de la tarde y permitió que entrara un primer grupo de visitantes. Hoy se repetirá la misma acción con el portón del segundo acceso al búnker, situado también en la plaza de Séneca, que se prevé esté reparado a mediodía. Desde el gobierno local precisaron que mañana sábado se recuperará la total normalidad de las visitas a la instalación. Queda pendiente de reparación el acceso al refugio de Balmis, cerrado prácticamente desde su inauguración también por problemas de accesibilidad y seguridad. La edil de Memoria Histórica está buscando soluciones, como puede ser un sistema automático que permita levantar el portón situado a ras de suelo, muy pesado y que se eleva de forma manual con una palanca hidráulica. También están por solucionar las goteras del centro de interpretación de la guerra en Séneca.
