«No es uno o dos, son nubes de mosquitos que tienes que ir espantando». Así define un estudiante del instituto Playa de San Juan la situación en el estanque de agua reutilizada ubicado junto al complejo de ocio Laseda Golf, en la calle Locutor Vicente Hipólito. Como él, decenas de jóvenes pasan todos los días junto al lago artificial para coger el Tram a la salida del instituto «y es increíble la cantidad de mosquitos que hay allí». Al menos, los jóvenes se limitan a pasar junto al estanque. Peor lo tienen los bares y restaurantes del Laseda que están hartos de los insectos. «Claro que nos perjudica. Es muy molesto para los clientes», indicaban ayer desde el restaurante Aizkolari, ubicado en el centro de ocio recientemente remodelado y en el que proliferan las terrazas y las mesas al aire libre con lo que la presencia de insectos resulta especialmente problemática. «A veces los clientes prefieren meterse dentro del establecimiento», señalan a este respecto desde el establecimiento de zumos Distinta, para añadir que «el año pasado ya tuvimos problemas porque en este lago el agua está estancada, no se limpia lo suficiente y, aunque nos dicen desde el Ayuntamiento que se fumiga, lo cierto es que hay muchísimos mosquitos».
El estanque de agua reutilizada fue construido por Aguas de Alicante y contribuye al riego de los campo de golf además de hacer las delicias de los niños por la presencia de patos y otras aves acuáticas. Tal como se indicó ayer desde la empresa, «aunque lo construyó Aguas, al igual que ocurre con el parque inundable La Marjal que hay enfrente, del mantenimiento se ocupa el Ayuntamiento». Con todo, «allí se han puesto peces que se comen las larvas de los mosquitos, pero al parecer es insuficiente», señalaron desde la entidad.
