Vertidos ilegales de aguas fecales en el cauce del Barranco de las Ovejas. Es lo que denuncia la asociación de vecinos Gran Vía Sur Puerto, que expuso ayer esta queja a los miembros del tripartito y técnicos con los que se reunió, entre ellos el alcalde, Gabriel Echávarri, quien se tuvo que marchar a la asamblea del PSOE en el transcurso del encuentro, y Natxo Bellido, de Compromís.

«Pensamos que existen esos vertidos e intentaremos demostrarlo cuando haya tormentas. Queremos que el barranco (cuyas obras acabaron recientemente) sea un aula medioambiental pero los vertidos a través de los aliviaderos y los objetos que tira la gente van a convertirlo en una cloaca», afirmó Manuel Alcón, representante de la asociación de vecinos.

Preocupados por la cuestión medioambiental, los vecinos pidieron al gobierno local que se retomen las licencias ambientales de los graneles del Puerto que archivó la exalcaldesa Sonia Castedo para que se puedan establecer medidas correctoras a través de tolvas. Otro asunto que se abordó fue el de los malos olores que, según denuncian, genera la depuradora, lo que les obliga a cerrar las ventanas por la noche incluso en verano debido a los malos olores.

Otra reclamación que expusieron al gobierno local fue la necesidad de más policía, y el establecimiento de multas a las personas que sigan sin recoger los excrementos de sus mascotas después de ser advertidos. A ello, ayudaría la instalación de pipicanes, dijeron. También quieren dos cámaras en el cauce para evitar saltos y otra en el parque Joan Fuster contra los robos, y lonas que protejan del sol los juegos infantiles en verano. Además, se quejan del mal funcionamiento del registro municipal.