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El mejor refugio tras la guerra

Un empresario alicantino da trabajo en sus dos tiendas a cuatro refugiados sirios

El mejor refugio tras la guerra

Les da empleo y una oportunidad real de integrarse en su nueva sociedad de acogida. Un empresario alicantino ha contratado a cuatro refugiados sirios para que trabajen en las dos tiendas de comida para llevar que tiene en el alicantino barrio de Carolinas y en San Vicente del Raspeig.

Este empresario, que prefiere guardar el anonimato, se ha sentido conmovido por la situación en la que llegan estas personas. «Vienen de su país prácticamente con lo puesto y aquí no tienen ningún tipo de ayuda del Gobierno ni de ninguna institución». Entre fogones, estos cuatro trabajadores aseguran que vuelven a sentirse útiles tras perderlo todo en la guerra. «Estudiaba informática en la Universidad de Damasco y con la guerra se pararon las clases hace ya casi cinco años», señala Wael, un joven de 27 años que llegó hace uno a Alicante. Compagina su trabajo en la tienda con las clases de español que recibe en la Escuela Oficial de Idiomas porque reconoce que no saber español «al principio era una barrera muy importante para relacionarme». Wael vive en un piso de alquiler compartido con otros familiares que huyeron de Siria y aunque aún queda familia atrapada por la guerra en Damasco cree que no podrán traerlos en breve. «Ahora la situación se ha vuelto muy difícil». Aunque tiene un empleo, un salario y una vida en España, sus sueños pasan por que termine la guerra y poder regresar a su país lo antes posible, «aunque en Alicante me siento muy bien acogido».

España es uno de los países de la Unión Europea en los que más dificultades tienen los refugiados para pedir asilo y los que menos ayudas reciben durante su estancia en el país. Por eso, la mayoría de personas que huyen de Siria y de otros países vecinos en conflicto aspiran a llegar a Alemania, donde las condiciones son bien distintas. Además de proporcionarles techo, manutención, servicios sanitarios y ropa, los refugiados que llegan al país de Merkel reciben 143 euros mensuales en metálico para sus gastos. También el papeleo para tramitar el estatuto de refugiado es mucho más sencillo.

Quienes recalan en España, por tanto, casi siempre lo hacen de la mano de familiares que ya viven en el país y que les pueden prestar ayuda e incluso acoger en sus casas.

Así lo hizo Khaula, gracias a las gestiones de familiares que vivían en Alicante. Ahora reside con sus dos hijos en un piso de alquiler y trabaja en la cocina de una de las tiendas de comida para llevar. Una vida muy distinta a la que tenía en Siria. «Allí era ama de casa y nunca había trabajado», afirma esta mujer de 45 años a la que le gusta su nueva vida en España, pero que como el resto de compatriotas desea volver algún día a Damasco, su ciudad. Pero de momento se conforma con que la suerte laboral también les sea propicia a sus dos hijos, «porque sin trabajo no es posible hacer nada».

Respecto a la situación de su país, Khaula cree que «en estos años de guerra la comunidad internacional ha demostrado que miente y que en torno a Siria sólo hay intereses de los países vecinos y de las principales potencias».

Entre fogones Aiham agradece que la Unión Europea haya decidido acoger a refugiados sirios, aunque lamenta los problemas que vuelve a haber en las fronteras europeas. Es muy triste, añade este joven, «ver las imágenes en televisión de mis compatriotas intentando entrar en avalancha a otros países». Con 26 años este universitario de Damasco también llegó a España hace un año y ahora trabaja como ayudante de cocina. «Es bueno trabajar, me siento muy agradecido por las oportunidades que estoy teniendo, aunque a la vez estoy preocupado por toda la familia que ha quedado en Siria».

En la Comunidad Valenciana a la que llegarán entre 1.300 y 1.500 refugiados ya se han dispuesto algunos recursos para atender al cupo de inmigrantes que determine el ministerio que le corresponde. En Alicante hay preparadas cerca de un centenar de plazas en el albergue de La Florida y el Ayuntamiento está preparando pisos del patronato municipal de la Vivienda para acoger a medio centenar más de refugiados para dar cobijo a los alrededor de 150 refugiados que previsiblemente llegarán a finales de noviembre o principios de diciembre en un primer grupo. La sociedad civil también está respondiendo con la creación de una red de familias de acogida.

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