«Hay un poco de lío porque es la primera vez que un colegio público tendrá aulas para niños de 2 años. Ya se han acercado muchas familias a preguntar, tantas como para cubrir de sobra la matrícula».
Son las primeras impresiones recogidas en los colegios Mora Puchol y Emilio Varela, entre la decena que en toda la provincia esperan pequeños alumnos de dos años a partir del día 5 de octubre, fecha fijada por el Consell para que empiecen dentro del plan piloto organizado para este curso.
La pretensión de los responsables de la conselleria radica en extender el número de aulas -de momento empiezan 13, para un total de 234 niños de la provincia, 18 por clase- a lo largo de la legislatura hasta poder atender a los 16.700 niños empadronados de esta edad.
«Estamos muy ilusionados y además el educador que viene por cada aula también apoyará en el resto de aulas de Infantil, especialmente la de niños de tres años». La presencia del técnico educador favorecerá una atención mas personalizada y permitirá atender a los pequeños que a la temprana edad de los dos años todavía no han completado el proceso del control de esfínteres, además de acompañarles a la hora de comer
Admisión
Madres solteras, en el paro, con algún otro niño en el centro... Los requisitos con los que se regirá la matrícula de estos pequeños son los mismos que se han aplicado para la admisión del resto de alumnos: el distrito único. Desde la conselleria apuntan que iniciado el curso y tratándose de un programa piloto no tocaba modificar ahora los criterios retrotrayéndolos a la cercanía al domicilio.
En los centros lo consideran lo más justo, teniendo en cuenta que en toda la ciudad sólo habrá dos aulas de 18 alumnos cada una.
El lunes día 14 empieza el proceso de admisión en el Ayuntamiento, hasta el día 21, y a continuación se publicará una lista con los que, por tener más puntos, podrán matricularse. Mientras tanto, hasta el día 5 de octubre que empezarán las clases para ellos, los inspectores educativos se encargarán de comprobar que estas aulas cumplen todos los requisitos para albergar a estos niños, además de requerir de la conselleria el mobiliario y equipamiento didáctico que haga falta.
La ventaja de la que parten estos colegios es que ya disponían del aula porque Educación ha elegido aquellos en los que el anterior Consell había suprimido alguna de tres años. Además de recuperar los niños para esos centros públicos, la administración se ahorra la infraestructura.
En el Mora Puchol tienen el aseo para los pequeños en la puerta contigua, y en el Emilio Varela dentro mismo del aula. Ambos cumplen con los dos inodoros reglamentarios, pero a uno de ellos le falta el cambiador que exige la normativa vigente para estos espacios, el decreto 2/2009 de 9 de enero firmado en su día por los entonces presidente Camps y conseller Font de Mora.
La iluminación y ventilación es directa del exterior y cada aula tiene una superficie mínima de 30 metros cuadrados, dos metros por niño con su mesa y sillita.
