La directora territorial de Educación, Tudi Torró, cifró ayer en 739 los barracones que todavía hay en la provincia por erradicar. Los del colegio Manjón tienen los días contados porque la obra del colegio original está previsto que acabe el próximo 1 de noviembre. Ayer las familias celebraban una vuelta a clase que saben que será la última en prefabricadas tras seis años.

Goteras y falta de climatización son la tónica general de estas aulas por las que volvieron a protestar 400 alumnos de Muro, para reivindicar el nuevo colegio público el Bracal tras ocho años en prefabricadas. Confeccionaron una pancarta con sus huellas y firmas que será remitida a la Conselleria de Educación. También profesores y miembros de la AMPA mostraron carteles reivindicativos.

Otro grupo de 26 alumnos de quinto de Primaria del colegio La Galia de Elche, tuvo que ser reubicado en el comedor escolar, al no disponer el centro del número de aulas suficientes para acoger a todos los niños. Los padres de estos alumnos denunciaron ayer a este diario que «el barracón provisional no ha llegado, y han tenido que meter a los niños en el comedor hasta que llegue». Parece que la situación se debe a la voluntad de la administración de no instalar nuevas aulas prefabricadas, pero los padres apuntaron que «aunque a nadie le guste la idea de los barracones, pensamos que siempre va a ser mejor que los niños tengan su clase en un aula prefabricada hasta que se amplíe el colegio».