Viejas y en mal estado después de 40 años, las aulas prefabricadas que reciben esta mañana a los alumnos con necesidades educativas especiales del colegio público Santo Ángel de la Guarda se han visto agravadas en su deterioro por culpa de la tromba de agua que cayó el martes.

Tanto la presidenta de la AMPA, Sonia Botia, como la dirección del centro, se han dirigido en repetidas ocasiones a los responsables educativos y al Síndic de Greuges para que los centros de educación especial no sigan a la cola del sistema educativo. «La tromba de agua ha sido la puntilla, todavía no sabemos si mañana -por hoy- podremos recibir en condiciones adecuadas a niños que padecen muy diversas discapacidades físicas y psíquicas», relató la representante de los padres.

Son alumnos con «una salud delicada y frágil debido a las graves plurideficiencias y discapacidades que les acompañan» y la humedad acumulada por el agua que anegó el centro «no puede sentarles nada bien». El agua entró a raudales por el techo de las aulas prefabricadas y todavía ayer los suelos del gimnasio y de la sala de profesores aparecían enfangados. La pericia del director, que se encontraba en el centro en ese momento, salvó los equipos informáticos al desenchufarlos y evitó un posible cortocircuito. Los padres sólo piden ser escuchados.