El conseller de Educación arrancó ayer aplausos tras la rueda de prensa sobre los datos del nuevo curso escolar en la que apareció con todo su equipo y algunos funcionarios, además de colectivos educativos a los que instó a preguntar sobre sus inquietudes: «Somos un equipo», subrayó.

Vicent Marzà intercaló los cambios introducidos para «minimizar los efectos de la Lomce», con acusaciones a sus antecesores en el cargo por «no gestionar con eficiencia», presentar «datos erróneos por falta de transparencia», e incluso de «mentir» en cuestión de ejecución de infraestructuras escolares, además de contribuir a que alumnos sin recursos «pasaran vergüenza por no poder llevar los libros a clase». «Esto se ha acabado -puntualizó-, vamos a tener todos una visión directa y real de lo que hay en las aulas y el mundo de la educación.

Tras reiterar que en sus primeros pasos en la conselleria están «estirando» los «pocos» recursos de que disponen -el Consell anterior gastó en seis meses el 87% del presupuesto de Educación para todo el año, afirmó-, y «reasignando» partidas, se comprometió a ir bajando las ratios progresivamente.

Se empezará por las aulas en los niveles de acceso para niños de 3 años y en primero de Secundaria «y en el resto de aulas, según permitan los presupuestos desde el año que viene, el desdoble de grupos en Secundaria y el tamaño de los centros en Primaria» para disponer de más aulas, según concretó el secretario autonómico, Miguel Soler.

Para dar «ejemplo», este mismo curso se ha bajado la ratio «en un millar de aulas», 700 de centros públicos y 300 de concertados, en su gran mayoría en el nivel de Secundaria en institutos. Para recuperar los 25 alumnos por aula en Primaria y los 30 en Secundaria los datos de la conselleria señalan que todavía hay que bajarla en otras 4.827 aulas de centros públicos y 4.285 de los concertados, un 22,6% y 54,45% respectivamente del total.

Mapa de obras y multilingüismo

La conselleria cifra, por otra parte, en 30 los centros educativos íntegramente en barracones y los sitúa prioritarios a la hora de actuar sobre las necesidades de infraestructuras. «Queremos hacer un mapa transparente para que todo el mundo tenga claro las prioridades y conozcan cuándo empiezan las obras con criterios claros y no porque el alcalde sea más amigo de un conseller», precisó Marzà.

También achacó al departamento liderado anteriormente por María José Catalá la falta de «datos fiables» sobre la demanda real de enseñanza en valenciano «porque no le interesaba saberlo». A pesar de que el máximo representante de Escola Valenciana le hizo ver que en el programa informático Itaca queda reflejado el interés de las familias en su primera opción de matrícula, Marzà insistió en que la falta de oferta condiciona a la población, extremo que piensa revertir: «Si a pesar de la Administración el 38% estudian en valenciano, debemos llegar a más».

La gestión del multilingüismo no la concretó hasta «debatirlo pedagógicamente», pero adelantó que se «fomentará la lengua extranjera y la propia, el valenciano».

La provincia suma este curso 1.643 alumnos más, especialmente de Infantil, Secundaria y FP. El jueves día 10 empiezan 122.643 escolares y el vienes, día 11, los casi 10.000 restantes hasta un total de 281.364 alumnos de enseñanza obligatoria, Infantil y Formación Profesional.