«Cierra los ojos e imagínate las calles y edificios de la ciudad en la década de los años 20». Así presenta la cooperativa local Corazón Verde una ruta nocturna de noventa minutos por el modernismo, movimiento que tuvo lugar entre 1880 y 1920 pero que parece cobrar vida de nuevo en Alicante.
El recorrido comienza en la Casa Carbonell bajo la batuta de Concepción Elduque, una mujer melillense licenciada en Humanidades que pertenece a Corazón Verde, un centro alicantino para el desarrollo humano sostenible. Enseguida se desplaza a «con quien empezó todo», Enrique Sánchez Sedeño, a la Plaza Penalva. Continúa por el número 7 de la Rambla, donde está la primera vivienda a la que se le implantó un ascensor eléctrico, y pasa por el encargo de Guillermo Campos en la calle Gerona.
La ruta no ha terminado pero Elduque da unas pautas «a modo de chuleta» con los principales elementos modernistas para «incitar a los asistentes a que se fijen y comentar juntos».
Seguimos con Sánchez Sedeño y andamos por la calle San Fernando, «un emporio del modernismo», agrega. Luego hacen una parada en la Casa Bardín, actual instituto de cultura Juan Gil Albert, y también en el edificio de Correos de la Plaza Gabriel Miró. Comentan la estructura de la fuente de Luceros de Daniel Bañuls y se termina el paseo en el Real Liceo Casino de Alicante.
La puesta en marcha del proyecto ha sido bastante veloz: «fue ideado en julio y puesto en marcha en agosto», pero, no obstante, tiene la idea de prolongarse durante todo el año.
Al comienzo del curso van a intentar poder contar con el público más joven: «queremos proyectar la iniciativa a centros educativos de secundaria y bachillerato para que los jóvenes conozcan el final del siglo XIX, que fue maravilloso».
Otro plan futuro es la teatralización de la ruta con personajes en los distintos puntos de la visita, como puede ser «Sánchez explicando el estilo arquitectónico de su obra o el diálogo previo a una construcción de dos arquitectos». Aunque esto ya será de cara al verano próximo.
Uno de los motivos por los que Concepción Elduque también creyó conveniente llevar a cabo este proyecto fue darle «un toque de atención» a las autoridades para que no autoricen la demolición ningún edificio modernista más, porque «así es como los alicantinos pierden su historia».
«Se nos ocurrió que Alicante estaba muy poco metida en el tema cultural. Tenemos sol y playa y eso está muy bien, pero esta ciudad tiene mucho más que eso», reivindica Elduque.
«Quisimos ver, conocer y aprender para evidenciar el rico patrimonio cultural que ofrece Alicante a sus visitantes y a los de casa, a los alicantinos», afirma esta experta, que a la vez informa de que para apuntarse hay que inscribirse previamente por teléfono o correo y que el precio es de 8 euros; para los menores de diez gratuita.
Tras el coloquio y con unas ganas a la vista de promover la cultura, Concepción se despide: «...y así fue como decidimos embarcarnos en la maravillosa experiencia de realizar un paseo distinto por la ciudad, fijándonos en los elementos que, las prisas y el ajetreo de la vida del siglo XXI, no nos permiten ver».
