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El tripartito quiere poner cámaras en el Barrio para evitar el ocio descontrolado

El Ayuntamiento pedirá permiso a la Delegación para instalar dispositivos en San Cristóbal y Quijano

Una chica orina detrás de un contenedor en las inmediaciones de la plaza San Cristóbal.

El Ayuntamiento de Alicante quiere reforzar la seguridad en el Barrio con la instalación de cámaras de vigilancia. Así lo confirmó ayer el concejal de Seguridad, Fernando Marcos, tras la reunión que mantuvo durante tres horas con la Asociación Laderas del Benacantil y en la que se abordaron los problemas derivados del ocio que, según los vecinos, se han agravado en los últimos años con la moda del tardeo.

Marcos explicó que el Ayuntamiento va a iniciar los trámites para la instalación de estas cámaras, «ya que por la ley de protección de datos éstas tienen que contar con la autorización de la Delegación del Gobierno». En este sentido, desde el Ayuntamiento se va a iniciar en los próximos días una labor de recopilación de documentación y exposición de motivos para la instalación de estos dispositivos. «Lo haremos llegar todo a la Delegación del Gobierno para que den su consentimiento, ya que son ellos quienes tienen la última palabra». La idea inicial es instalar estas cámaras en las inmediaciones de la plaza San Cristóbal y Quijano, donde más se acumulan las quejas vecinales derivadas del ruido, la inseguridad y la falta de limpieza.

El propósito principal de estas cámaras no es el de identificar y sancionar, afirma Marcos, «algo que sólo se puede hacer en caso de delitos», sino el de disuadir hacia determinados comportamientos «y poder actuar de una manera rápida» en caso de detectarse una situación conflictiva. Respecto al número de policías que patrullan por el Barrio los fines de semana, Fernando Marcos lo considera «adecuado», si bien se ha comprometido con los vecinos «a que si está prevista una mayor concentración de personas en la zona, por una fiesta o un acontecimiento puntual, se reforzará el dispositivo policial». Actualmente, el dispositivo habitual para un fin de semana está compuesto por agentes del servicio nocturno, por la brigada de aperturas y por la patrulla FOX, «que después de la inspección de los veladores se encargan de controlar el botellón».

De forma paralela, el edil de Seguridad sostiene que se van a redoblar esfuerzos «para hacer cumplir la normativa dentro y fuera de los bares». Cabe recordar que los vecinos denuncian el incumplimiento de la normativa en cuanto a horarios de cierre de los bares. También sostienen que muchos locales tienen licencia como bar, que les obliga a cerrar a la 1.30, y sin embargo, permanecen abiertos hasta altas horas de la madrugada.

Marcos calificó ayer de «lamentables» las imágenes captadas por los vecinos y publicadas por INFORMACIÓN en las que se ve a jóvenes consumiendo cocaína a plena luz del día en la calle, meando detrás de los contenedores y a chicas tiradas en la acera con aparentes síntomas de embriaguez. «No queremos que se transmita esta imagen de la ciudad de Alicante, que aunque no es la habitual, lamentablemente a veces se da».

Por su parte, el presidente de la Asociación Laderas del Benacantil, Daniel Kratzer, se mostró satisfecho tras este encuentro, «aunque de momento no se haya tomado ninguna medida de urgencia concreta para atajar nuestros problemas». En este encuentro, los vecinos también han pedido al Ayuntamiento que se declaren determinadas zonas del Barrio como áreas acústicamente saturadas para tratar de disminuir «la contaminación acústica que sufrimos a diario». También reclaman poder presentar quejas a los agentes que patrullan por el Barrio para agilizar su tramitación.

Los vecinos han denunciado el deterioro que sufre esta zona de la ciudad desde hace unos años, coincidiendo con el traslado del ocio hacia la zona de Castaños. Los residentes afirman que muchos de los bares del Barrio han emprendido una campaña de precios agresivos para tratar de atraer más clientela, lo que a su juicio ha deteriorado el ocio en la zona. En este sentido, denuncian ruidos hasta altas horas de la madrugada y que el botellón se ha convertido en una práctica habitual durante todos los fines de semana.

En la reunión celebrada ayer entre vecinos y Concejalía de Seguridad también se abordaron otras cuestiones, al margen de los problemas derivados del ocio, como la eliminación de los bolardos innecesarios, un cambio en los horarios de carga y descarga, así como un mayor control de los vehículos pesados que acceden a esta zona de la ciudad y que en muchas ocasiones exceden del peso autorizado.

Además, los vecinos quieren que el Ayuntamiento revise las tarjetas de acceso a los residentes, ya que hace años que no se inspeccionan y, según denuncian, hay gente que ya no vive en la zona pero sigue haciendo uso de las mismas. También piden que se reordene el tráfico cambiando el sentido de la circulación en algunas zonas.

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