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A Pie de Calle

Un BIC con una dudosa protección

La Villa Romana de las Naciones, en plena avenida Míriam Blasco, presenta un importante abandono que permite que vecinos transiten a diario por el yacimiento

Un vecino, en el interior de la zona protegida. PILAR CORTÉS

La Villa Romana del Parque de las Naciones, en plena avenida Miriam Blasco de Alicante, tiene de BIC (Bien de Interés Cultural) poco más que el nombre, ya que la protección con la que cuenta a día de hoy es más que insuficiente. De hecho, basta con apostarse cualquier día a cualquier hora en el cruce de las calles Palas Atenea y Deportistas Hermanos Torres para ser testigo de cómo los vecinos de la zona transitan con total normalidad por un terreno que, según la normativa, debería contar con una protección especial para impedir que los vestigios, que datan de antes de Cristo, puedan sufrir cualquier tipo de daño.

La situación de abandono que transmite hoy la Villa Romana de las Naciones arranca con la suspensión de las excavaciones por la irrupción de la crisis económica y sus efectos en los presupuestos del Ayuntamiento de Alicante. «Cuando llegó la crisis, la inversión en el área de Cultura fue una de las primeras afectadas. Así que nos vimos obligados a paralizar la excavación, que apenas habíamos empezado», explica Pablo Rosser, director del proyecto y actual jefe de Patrimonio Cultural.

Hace ahora cinco años, el Ayuntamiento de Alicante anunciaba la creación de un parque y un museo al aire libre tras las excavaciones del yacimiento, que se preveían empezar en breve. Sin embargo, poco después todo se fue al traste con los recortes presupuestarios. «Ahí ha estado medio centenar de personas trabajando. Pero ahora no hay fondos para seguir trabajando», lamenta Rosser, quien asegura que desde su área se «intenta» mantener adecentada la zona con limpiezas periódicas.

Sin embargo, no son suficientes. El solar acumula multitud de desperdicios, incluidos unos sacos con escombros de obras que un día, según relatan los vecinos, aparecieron allí por «arte de magia». También se pueden encontrar excrementos de perros, y es que residentes en la zona aprovechan la rotura de la valla de protección en al menos dos puntos de su perímetro para pasear por ese espacio con sus mascotas.

También utilizan ese camino «improvisado» que está paralelo a Miriam Blasco otros vecinos con el objetivo de acortar el trayecto previsto. Y es que al otro lado de la valla, además de viviendas, existe una escuela infantil muy frecuentada durante todo el año.

Así, no resulta nada complicado ver transitar a personas a escasos metros del yacimiento romano, que a su vez estaba protegido por otra valla que hoy también está en el suelo. De esta forma, cualquiera puede acceder a las ruinas sin ningún tipo de esfuerzo. Bajo el suelo, según explica Rosser, se conservan multitud de vestigios que se datan entre dos siglos antes de Cristo y seis después de su nacimiento. «Esa villa romana que empezamos a excavar se asienta encima de la ciudad romana de Lucentum. Hay arquitecturas muy interesantes, espero que pronto se puedan reemprender los trabajos. Una vez empiezan, se pueden prolongar durante varios años», continúa Rosser.

Mientras tanto, la zona, declarada BIC, sigue acumulando todo tipo de basura, desde restos de comida para animales, excrementos de perros y también pintadas sobre el suelo. Vecinos de la zona exigen al Ayuntamiento, con quien intentó sin éxito contactar este diario, que proteja de manera correcta el terreno, para evitar problemas al yacimiento romano del Parque de las Naciones.

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