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«Aún no me lo creo, sólo cuando me veo la cicatriz sé que esto es real»

«Aún no me lo creo, sólo cuando me veo la cicatriz sé que esto es real» pilar cortés

«Estaba en el tiempo de descanso de mi trabajo y me llamaron del hospital preguntándome en cuánto tiempo podía estar allí. Llegué más rápido que la furgoneta que llevaba el órgano». Así empezó la nueva vida de Manuel Cuesta. Porque este eldense de 59 años asegura que el trasplante de hígado al que se sometió hace poco más de una semana le ha dejado nuevo. Él ha sido el paciente 101 de la unidad de trasplante hepático del Hospital General. Enfermo de cirrosis desde hace 15 años, la pasada primavera le detectaron un cáncer hepático y todo se aceleró hasta el pasado viernes cuando entró a quirófano para recibir un nuevo órgano. «Estuve poquísimo tiempo en lista de espera, jamás pensé que me llamarían tan rápido». De hecho, añade, «hay familiares que están de vacaciones y ni siquiera saben aún que me han operado». De vez en cuando se levanta la camiseta para mostrar la enorme cicatriz que le recorre la barriga y parte del pecho. «Cuando la miro sé que todo es real, porque encima no tengo ningún tipo de dolor ni molestias, me siento estupendamente». Tanto que a los seis días de ser operado y dos días después de recibir el alta, Manuel Cuesta acudió a las revisiones conduciendo su propio coche, para asombro de su mujer. El postoperatorio no le ha impedido escribir un sentido mensaje de agradecimiento en una conocida red social. «No puedo sentir más que gratitud hacia el equipo médico y hacia la familia del donante».

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