Como si se tratase de la calma antes de la tempestad, los regantes del trasvase (60.000 hectáreas sólo en la provincia de Alicante, especialmente en las comarcas del Vinalopó y de l'Alacantí) esperarán a conocer cuál va a ser la cantidad que el gobierno central autoriza a enviar desde el Tajo al Segura cantidad antes de acordar qué postura adoptar de cara al otoño y si comienzan las medidas de presión. La cifra se conocerá el viernes o el lunes porque el 1 de septiembre tendría que comenzarse el envío de agua y, hasta entonces, estarán a la espera.
Aún y así, a priori los regantes no esperan que la autorización exceda de los 20 hectómetros cúbicos, lo que dejaría en unos 340 hectómetros cúbicos el agua trasvasada en el último año. Ahora bien, la mayor parte de la misma irá destinada al consumo humano, algo que se viene produciendo prácticamente desde que la sequía se instaló en el Levante español.
Reparto
Según Ángel Urbina, de la comunidad de Riegos de Levante-Margen Izquierda, 13 hectómetros cúbicos se destinarán al consumo humano; es decir, a beber. El tercio restante (siete hectómetros cúbicos) irá destinado a cubrir las necesidades del riego entre miles de agricultores, lo que es imposible de cubrir mínimamente y no se sabe cómo se podría realizar este reparto.
Urbina reiteró lo dicho los últimos días a INFORMACIÓN: están encontrándose solos en esta batalla en defensa del trasvase frente a los ataques «coordinados», asegura, de Castilla-La Mancha en los que participa desde el presidente del Gobierno regional, Emiliano García-Page, hasta las asociaciones de regantes a través de la Plataforma en Defensa del Tajo que desde Talavera de la Reina aúna todo el rechazo contra la solidaridad entre cuencas.
«Nosotros no estamos notando ni respaldo ni apoyo al trasvase. No hay movimiento social para defendernos. Estamos olvidados», dijo Urbina, quien dice que esperarán antes a conocer qué posición adopta el Gobierno en este conflicto.
