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Bichos contra el pulgón

El Consistorio refuerza el control biológico de las plagas con la suelta de más de un millón de insectos en los árboles

Bichos contra el pulgón pilar cortés

Más de un millón de insectos soltados de forma controlada luchan contra las plagas, como la de pulgón, en los árboles de la ciudad. El Ayuntamiento de Alicante ha reforzado su apuesta por el control biológico de las plagas, ampliando esta medida a buena parte de los barrios y a diferentes ejemplares, no sólo a las jacarandas. Desde el área de Zonas Verdes tienen contabilizados alrededor de 25.000 árboles de la ciudad sometidos a este procedimiento.

De ahí que no sea difícil encontrar unas cajitas de cartón sobre los troncos de numerosos árboles, en lugares como la Playa de San Juan, el entorno de Luceros, Babel o el barrio del Pla, entre otras zonas. En ellas hay decenas de insectos considerados «beneficiosos», porque ayudan a controlar las plagas y resultan inofensivos para las personas.

Se trata de dos tipos de insectos. La adalia bipunctata , que es una mariquita diminuta depredadora del pulgón, y el aphidius colemani, que es una especie de mosquito inofensivo que ayuda a combatir las plagas. Se trata de una forma de controlar la proliferación del pulgón, ácaros y otros insectos que atacan a ejemplares como la jacaranda, el conocido como árbol del amor (puede encontrarse en la avenida Caja de Ahorros), las tipuanas, los ficus o las melias.

Aunque el Ayuntamiento comenzó a implantar este sistema hace tiempo, en los últimos meses se ha reforzado la medida, ampliándola a más zonas y especies de la ciudad después de que los técnicos constaran el resultado. El edil del área, Víctor Domínguez, indica que su voluntad es mantener este sistema de control de plagas natural por que, asegura, «está dando buenos resultados».

Se trata de una medida más costosa que el uso de insecticidas químicos, pero desde el área de Zonas Verdes defienden su efectividad y respeto medioambiental. Señalan que los insectos «beneficiosos» forman parte de la naturaleza, pero indican que han ido desapareciendo del medio urbano. Al respecto, sostienen que el uso de productos químicos acaba con las plagas, pero también con los insectos que ayudan a combatirlas.

Por ello, apuestan por este sistema natural y por ir ampliando el radio de intervención. Indican que, progresivamente, la suelta de estos insectos «beneficiosos» irá reduciéndose conforme vayan reproduciéndose. Los expertos subrayan que se trata de insectos que, para las personas, son inofensivos y no generan molestias. «Son minúsculos», afirman.

Al igual que en otros municipios, como San Vicente del Raspeig, la suelta de mariquitas contra el pulgón se inició hace aproximadamente un año como plan de choque contra en las jacarandas. Esta plaga es la causante de la melaza que desprenden las hojas lilas de estos árboles y, por tanto, de la suciedad que generan sobre la vía pública.

En la ciudad existen actualmente alrededor de 11.000 jacarandas en la vía pública, que se plantaron en los años 80 y comienzos de los 90. La plaga de pulgón genera muchos problemas y quejas ciudadanas por la suciedad, por lo que ya el anterior gobierno local decidió dejar de plantar esta especie. La normativa restringe el uso de fitosanitarios, químicos, por lo que se buscó como alternativa este método de control de plagas biológico.

Ahora, lo que comenzó a aplicarse a las jacarandas se extiende por otras especies de árboles con un objetivo similar, el de salvaguardar de las plagas a los árboles de las vías públicas y evitar las molestias al ciudadanos, como la suciedad que generan. Los bichos se colocan en las cajas de cartón y desde ahí suben hasta la copa de los árboles para atacar al pulgón.

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