La cifra de jóvenes de la provincia «ninis», que ni estudian ni trabajan, ha descendido más de la mitad a lo largo del último año. Hasta 21.000 de estos menores de 34 años y mayores de 16, la edad en que acaba la enseñanza obligatoria, han decidido volver a las aulas para tratar de recuperar el tiempo perdido y mejorar sus oportunidades laborales, bien escasas por otra parte sin formación cualificada.
La formación se ha convertido en el refugio también de muchos otros que esperan mejorar sus expectativas, o que han perdido el puesto de trabajo y no quieren pasar el tiempo de brazos cruzados.
En su conjunto y según los últimos datos ofrecidos por la Encuesta de Población Activa (EPA), la provincia suma en el segundo trimestre de este año 99.000 estudiantes que han superado la edad de la enseñanza obligatoria, mientras que el año pasado la cifra era de 71.000. Son un total de 28.000 estudiantes más en nuestras aulas.
Vuelco
El aumento de jóvenes de estas edades, entre 16 y 34 años, que están estudiando se ha generalizado en todo el país el último año computado estadísticamente, pero las cifras que arroja la Comunidad son las más abultadas con un 28,6% de aumento, y las de la provincia incluso superan esta media con hasta un 39% de incremento de estudiantes.
Los hay, entre ellos, además de los poco más de 21.000 ninis reseñados anteriormente, otros 8.000 que resultan de haber decidido alargar su estancia en la universidad a partir de estudios de postgrado y másteres; quienes se reengachan a la Formación Profesional cuya demanda ha ido in crescendo durante los últimos cuatro años a un ritmo de al menos un 8% de aumento de alumnado por anualidad; y quienes se decantan por academias y cursos a distancia con el propósito de sacar alguna oposición o tratar de ampliar sus capacidades de cara al precario mercado laboral.
La tendencia, por tanto, parece estar cambiando y a pasos acelerados, ya que en los primeros compases del año 2014 la provincia de Alicante sumaba cerca de 43.000 jóvenes sin estudios obligatorios ni ninguna otra actividad reconocida entre los 16 y los 34 años de edad. El vuelco de las cifras es contundente al haber descendido en este segundo trimestre de 2015 a las 18.000 personas en estas mismas circunstancias: en casa, inactivos de cara a la búsqueda de trabajo, y sin estudiar. Son los que la EPA clasifica en el apartado de «trabajos del hogar» y cuyo significativo descenso lleva a aparejado un gran aumento de estudiantes, a falta de trabajo.
