Los vecinos del Barranco de las Ovejas han pedido al Ayuntamiento que se instalen cámaras en el cauce para evitar los saltos al agua y la celebración de botellón en la zona de San Gabriel, escenario incluso de peleas en las que acabó interviniendo la Policía Nacional. Precisamente la falta de vigilancia policial es lo que, según explican, les lleva a reclamar la instalación de estos dispositivos de control y grabación «por motivos de seguridad», como expusieron al concejal Víctor Domínguez.
La asociación de vecinos Gran Vía Sur Puerto reclama que una cámara esté en el puente de San Gabriel y la otra al otro lado del cauce, para que puedan captar todo el barranco, así como el parque Joan Fuster, blanco de actos de vandalismo y de pintadas en los juegos infantiles. «Como la Policía no viene ni multa, las cámaras pueden ser una buena solución», dijo Manuel Alcón, presidente del colectivo vecinal. Otro problema que expusieron y a cuya solución podrían contribuir las cámaras, dijo, tiene que ver con la falta de cuidado de la nueva pasarela peatonal, «que ya está llena de orines y excrementos de perro». «El PP nunca nos hizo caso y esperamos que cambie ahora. Sólo nos podaron las palmeras y porque presionamos mucho».
En cuanto al cauce en sí, los vecinos apelan a que se cuide y se mantenga. «Es la diferencia entre que sea una joya o un infierno», apuntó tras relatar que en pleno verano el agua estaba llena de verdina en algunas zonas y que hay personas que tiran objetos. Recientemente se veía una silla. «Eso puede ser peligroso si viene una riada», apuntaron.
La idea de la asociación de vecinos, de acuerdo con los centros escolares de la zona, es crear una escuela medioambiental para la observación y estudio de las aves, algo que sólo es posible, insistió, si se cuida el encauzamiento.
La semana pasada, el portavoz del equipo de gobierno municipal, Natxo Bellido, y el concejal de Modernización, Dani Simón, certificaron el final de las obras en el cauce del Barranco de las Ovejas que fueron licitadas en 2010 y se han demorado cinco años. Estas obras han permitido ampliar la capacidad de desagüe del barranco en caso de lluvias torrenciales. Se han remodelado, por 10 millones, los 460 metros finales del barranco para mejorar la salida al mar de las avenidas por gota fría.
