Los Moros y Cristianos de Altozano vivieron ayer su colofón, a falta de un oficio religioso previsto para hoy, con la retreta, donde los festeros del barrio lucieron divertidos disfraces, acompañados al son de la música. Ésta fue, como es habitual, la forma de celebrar el final de una fiesta que arrancó con el pregón del comerciante Pedro de Gea y que vivió sus días grandes con las entradas de los bandos de la cruz y la media luna.