La sequía y las altas temperaturas convierten en un polvorín las pinadas del Benacantil y la Serra Grossa. Los vecinos de los barrios de alrededor y ecologistas advierten de que numerosos pinos de las laderas se han secado o están prácticamente secos «debido al lamentable y continuado estado de abandono al que están sometidos». Ante el riesgo de incendios y del ataque de plagas por la debilidad de las pinadas, vecinos y ecologistas exigen al Ayuntamiento que realice un riego de emergencia en ambos montes.

La Asociación de Vecinos del Pla y la Colla Ecologista d'Alacant advierten del «peligro» agudizado por las altas temperaturas de este verano que, indican, favorecen su «deshidratación y debilitamiento». Una situación que, agregan, favorece «el ataque de plagas». Al respecto, sostienen que «la debilidad generalizada de los árboles ha facilitado» la propagación de estas plagas «sobre todo de escarabajos perforadores del pino» (condido como tomicus) que, advierten, «podrían acabar con toda la pinada».

Otra consecuencia de la situación en la que se encuentran las pinadas es el riesgo de incendio, dada la acumulación de ramas y hojas secas. Recuerdan que ya el 21 de julio enviaron un escrito al Ayuntamiento reclamando la realización de riegos de emergencia en sendos montes para paliar la situación y evitar «un más que posible incendio forestal en pleno corazón de la ciudad». Casi un mes después, los vecinos lamentan que ni se les haya dado respuesta ni se haya efectuado el riesgo de socorro que reclamaban mientras la situación se agrava por el aumento del calor y la ausencia de lluvias este verano.

El último riego de emergencia que se realizó en el Benacantil con camiones cuba data de abril, cuando los síntomas de la sequía ya se habían comenzado a agravarse, sobre todo en la ladera recayente en el barrio del Pla, a espaldas del Castillo. El Ayuntamiento contactó entonces con las brigadas de la Conselleria de Medio Ambiente y, según afirmaron entonces, descartaron que estuvieran tan secos por plagas de procesionaria o el escarabajo tomicus, admitiendo que la procesionaria sí estaba haciendo estragos en la Serra Grossa. Los vecinos y ecologistas advierten, no obstante, de la presencia de plagas en ambos montes. En aquel momento, desde el Ayuntamiento atribuyó la situación a una selección natural entre ejemplares que se plantaron hace unos años en el marco de una reforestación.

Además de una actuación de urgencia, vecinos y ecologistas exigen un plan de mantenimiento, un protocolo de riegos y la retirada paulatina de los ejemplares muertos o débiles que puedan ejercer de propagadores de las plagas.