Negativo para el empleo, para consolidar un turismo de calidad y para la ciudad. Es lo que piensan hosteleros y restauradores de San Cristóbal, Castaños, Labradores, la Viña, la Explanada, Luceros y plaza de Gabriel Miró sobre los planes de reordenación de veladores en estos siete puntos de Alicante que está diseñando el Ayuntamiento, que quiere reubicar terrazas e incluso recortar el número de mesas en zonas saturadas buscando el equilibrio con el descanso vecinal, una medida que se ha aplicado en la calle San Francisco.
Los hosteleros están preocupados por el impacto que puede tener sobre sus negocios y sobre las plantillas de trabajadores esta medida y la reducción de horarios con que se especula. «Son medidas radicales para una ciudad que vive del turismo. Entiendo que recorten veladores en zonas saturadísimas, pero hay que llegar a una conciliación. Somos los primeros interesados en que los vecinos estén contentos porque también son clientes, y en que no haya gente bebiendo por la calle ni desorden», afirma Cristina García, encargada de un quiosco en San Cristóbal.
«Quizá sea necesario reajustar establecimientos por algún exceso pero no hasta el punto de quitar licencias. No nos hacemos ricos, lo único que hacemos es trabajar y disminuir la tasa de paro de la ciudad», considera Marcos Torres, hostelero de Castaños, donde hay inspecciones semanales de la Policía Local. «Te sancionan con falta grave (750 euros) si te pasas del límite marcado para las mesas». Esto les pasó hace un mes. «A veces es el cliente el que las mueve».
El nuevo gobierno local también ha interpuesto sanciones a restauradores de Luceros, una zona tranquila, según los hosteleros. «Entendemos una reordenación en zonas con masificación y un bullicio exagerado, donde la gente no puede descansar, pero éste no es el caso. No se puede generalizar. Se intenta fomentar el turismo pero están destruyendo el negocio de la hostelería», dijo José Manuel Romero, uno de los propietarios.
El encargado de un restaurante de Labradores, Zunair Salieem, calcula que un recorte de veladores costará al menos 600 puestos de trabajo en Alicante. «Ya nos perjudican las fiestas, porque nos obligan a levantar mesas», dijo. Manuel García, segundo encargado de un establecimiento de la Explanada, reconoció la preocupación por los puestos de trabajo, «si tenemos 26 mesas y nos quitan, alguno de los ocho camareros caerá».
«Aceptamos que se cumpla el horario estipulado pero no quitar mesas. Sólo hay trabajo en verano», dijo Daniel Lengua, empleado de un restaurante en Gabriel Miró. Fuera del centro, la reordenación afecta también a la plaza de La Viña, donde la hostelera Jennifer Viozquez no entiende que el Ayuntamiento quiera recortar, porque dejará de recaudar impuestos, aparte del coste en empleo.
El grupo municipal de Ciudadanos alertó ayer de que la política del tripartito de eliminar la zona de afluencia turística y polemizar con los veladores puede perjudicar los buenos datos turísticos.
