Hoy habrá que sacar de nuevo los abanicos en un verano lleno de sofocos y sudores provocados por las continuas olas de calor. De hecho, la Generalitat ha decretado la alerta naranja en Alicante al prever un repentino aumento de seis grados en los termómetros con máximas de hasta 38 grados en Alicante y de casi 40 en Elche. Con todo, el mercurio volverá a bajar a partir de mañana.

En el mes de julio se han registrado las temperaturas más altas desde el año 1877, según el director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina. La ola de calor sufrida el pasado mes iba acompañada de un porcentaje de humedad bastante alto, un 70% para ser exactos y se han llegado a alcanzar temperaturas de hasta 40 grados centígrados en la provincia, en concreto, en Pego donde se registraron máximas de 44 grados centígrados.

Los efectos ocasionados por el calor también han aumentado, por ejemplo, el estrés y el agotamiento, favoreciendo conductas agresivas, e incluso la muerte por golpes de calor. En lo que llevamos de verano ya han fallecido, en la Comunidad Valenciana, cuatro personas. En Alicante la ola de calor, como en el resto del Mediterráneo, ha sido de las más prolongadas de la península.

Con respecto a la repentina subida de temperaturas de hoy, agosto «suele ser siempre más movido en lo meteorológico que julio», comenta Olcina. A lo largo del día se van a registrar temperaturas máximas de hasta 38 grados centígrados en la provincia. Este cambio tan repentino en las temperaturas, se debe a la entrada de viento de Poniente. «Es por el propio efecto del viento que hace subir, de modo súbito y puntual, los termómetros», asegura el climatólogo. En este caso, el viento sólo afecta al día de hoy. Mañana las temperaturas descenderán significativamente, en una media de 7 u 8 grados y aumentará la inestabilidad con posibilidad de que entre el viernes y sábado se produzcan chubascos débiles en cualquier punto de la provincia y «el calor ya no será tan intenso, ni mucho menos, como el de julio».