La caída de cascotes de un histórico edificio de la calle San Fernando ha obligado al Ayuntamiento a acordonar la acera y, además, a instalar una malla para impedir nuevos desprendimientos. Fuentes de la Concejalía de Seguridad aseguran que tras la caída de los cascotes, que no ocasionaron heridos, se realizó un balizamiento de urgencia, impidiendo el tránsito de los viandantes y dejando únicamente acceso a una farmacia que ocupa los bajos del edificio, ya que las viviendas permanecen ahora vacías.

El inmueble, situado en el número 51 de la céntrica calle, se construyó en el año 1910 y tiene catalogación de protección parcial, es decir, de categoría tres, como la mayoría del entorno. Fuentes de la Concejalía de Conservación de inmuebles y Patrimonio sostienen que los técnicos municipales llevan «tiempo» haciendo «seguimiento» del inmueble, que -subrayan- «no presenta riesgos graves» en su estructura. «Sólo requiere de la rehabilitación propia de un inmueble de esa edad», aseguran desde el área dirigida por Miguel Ángel Pavón. Desde el Ayuntamiento, afirman las mismas fuentes, se está «investigando» la propiedad del inmueble, ya que su anterior propietaria falleció, para «instar» a su dueño al «correcto mantenimiento» del edificio. «El objetivo es que se recupere y se rehabilite. No se va a autorizar un derribo ni se va a permitir que se siga degradando. No se van a permitir los atropellos de antes», apuntan desde la Concejalía.