Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Natalia Papí

«Cuidar a un hijo no debería suponer un elevado coste de oportunidades»

Papí sostiene que el permiso de paternidad dio un giro a lo que se había venido considerando en España como medida de conciliación

Natalia Papí. pilar cortés

¿Por qué después de tantos años hablando de conciliación, sigue habiendo tantas dificultades?

La conciliación es la posibilidad que tiene una persona de compaginar sus responsabilidades laborales con las familiares. Se suele incluir un tercer ámbito, el personal. Las dificultades son parecidas porque estamos ante un problema muy arraigado, que precisa medidas bien programadas y transversales. En esta línea, el Plan Integral de Apoyo a la Familia 2015-2017 nos ha sido presentado como aquel que justamente trata de llenar el vacío existente de medidas en el ámbito familiar, aunque podría generarnos dudas sobre su eficacia para el fomento de la igualdad de género.

Ahora se habla más de corresponsabilidad, ¿en qué consiste?

Se trata de un reparto de las responsabilidades relacionadas con el trabajo remunerado y con la familia entre mujeres y hombres. En este sentido, el permiso de paternidad dio un giro a lo que se había venido considerando en España como medida de conciliación. En mi opinión, es del todo preciso que las políticas de conciliación sean analizadas desde la perspectiva de género antes de ser aprobadas, lo que básicamente significa evaluar la idoneidad de las acciones pero garantizando (e incluso fomentando) la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.

Sin embargo, cuidar sigue siendo cosa de mujeres ¿Por qué?

Esta pregunta pone sobre la mesa la división sexual del trabajo. Es decir, nuestra sociedad supone que a las mujeres, por el hecho de haber nacido mujer, le corresponden unos roles, entre los que se encuentran los asociados al cuidado de otras personas. Y aunque es cierto que cada vez hay un mayor reparto de este tipo de tareas entre los sexos, sobre todo si se habla del cuidado de las hijas e hijos, las encuestas siguen mostrando que las mujeres continuan ejerciendo en mayor medida los roles asociados a la esfera familiar y doméstica. En mi opinión, la cuestión radica no tanto en la ejecución de ciertas tareas como en la libre elección de las mismas, sobre todo cuando se trata de cuidar a las/os hijas/os. Es decir, de lo que se trata es de elegir cuidar sin que ello tenga un elevado coste en términos de oportunidades, o sin sentirse culpable o incomprendida/o por no hacerlo con total entrega.

¿Hacía donde se tendrían que enfocar las políticas de la administración para que los hijos y la casa de verdad sean una responsabilidad compartida?

Un cambio real precisa de una reestructuración de los llamados tiempos sociales, pues tiene que haber, por ejemplo, más escuelas infantiles públicas, pero también facilitar que los progenitores se ocupen (y disfruten) más tiempo de sus hijas/os pequeñas/os. No es sencillo. Se precisa prácticamente un cambio de mentalidad, pero se puede ir avanzando en medidas que armonicen los horarios. Algunos puestos pueden funcionar por objetivos, y pueden hacer un uso mayor de las nuevas tecnologías para poder realizar parte del trabajo a distancia. Por la parte de la familia es necesario el fomento de la corresponsabilidad. Para que funcione, en mi opinión, la clave radica en aplicar más enfoque de género, pues es el único que puede modificar la asociación entre roles y sexos y, a su vez, sensibilizar a la población en temas tan relevantes como el cuidado de las hijas e hijos. Las tareas históricamente vinculadas a las mujeres deberían valorarse mucho más.

Compartir el artículo

stats