Crema de guisantes de primero y albóndigas, pollo o merluza de segundo y de postre, natillas o fruta. Este es el menú que recibieron ayer los 525 niños en riesgo de exclusión a los que el Ayuntamiento de Alicante está dando de comer durante este mes de agosto. La inmensa mayoría de estos menores recibió la comida en sus propios domicilios. La empresa de catering contratada por el Ayuntamiento para la elaboración de los menús fue la encargada de repartirlos ayer por la mañana en los domicilios. En el caso de 69 familias, estas recogerán a diario los alimentos en las cafeterías de dos centros sociales de la ciudad de Alicante, según explicó ayer la concejal de Acción Social, Nerea Belmonte.

Esta es la solución a la que ha llegado la Concejalía de Acción Social tras el cierre de los comedores escolares durante el mes de agosto para que los menores no se vean obligados a asistir al colegio todo el año. En estos comedores se ha estado atendiendo durante julio a 441 niños con las ayudas de Bienestar Social. Este mes se asistirá a un número mayor de menores tras la información aportada por los centros escolares sobre alumnos en situación de necesidad. En este sentido, 283 escolares vienen derivados de los equipos sociales de base y el resto de la información proporcionada por los propios centros escolares al Ayuntamiento. Entre ellos figuran también bebés de 0 a 3 años que no están escolarizados pero que se ha detectado que necesitan alimentos. La mitad de los beneficiarios viven en la Zona Norte.

El presupuesto para los menús de este mes asciende a 45.000 euros y cada menor recibirá una comida al día compuesta por un primer plato, un segundo, postre y pan. Belmonte detalló ayer que a diario se va a realizar un seguimiento de todos los casos desde las concejalías de Educación y Acción Social para evitar que haya cualquier tipo de incidencia. Tanto la empresa de catering como las cafeterías que colaboran con la preparación de los menús disponen de fichas con la información nutricional de los niños, si padecen algún tipo de intolerancia o alergia alimentaria o si, por motivos culturales, no consumen algún producto específico.

Las familias que recogen la comida en los centros sociales deben acreditarse, ya que en las cafeterías disponen de un listado con el nombre de las personas a quienes deben entregar la comida a diario. En caso de delegar la retirada de los alimentos en otra persona, las familias deben aportar un documento autorizándole.

La comida va en bolsas con barquetas termo-selladas individuales que contienen el menú en línea fría para garantizar la seguridad alimentaria y la inocuidad de los alimentos, con la debida fecha de caducidad, ingredientes, alérgenos, así como las instrucciones de uso, temperatura de conservación y temperatura de regeneración.