El resultado de las obras no ha gustado. Ni las rampas, ni las zonas verdes ni los bancos, ahora individuales, elegidos por el anterior gobierno local. Esto ha supuesto, según los vecinos, que los «sin techo» que antes se repartían entre la propia plaza y otro enclave ahora se concentren en el segundo punto. «Orinan, defecan, se duchan y acumulan basuras. Y la Policía dice que no puede hacer nada», critica Rosa Gomis, presidenta de una comunidad de propietarios cercana. c. sepulcre/c. p.