El presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, advirtió ayer de que estará frente a «todo aquel que menoscabe» los intereses de esta provincia, y ha defendido que el agua es «una cuestión de Estado y debe haber diálogo, consenso y sentido común».

En un comunicado, Sánchez ha criticado el anuncio del Gobierno de Castilla-La Mancha, presidido por el socialista Emiliano García-Page, de recurrir el trasvase de 20 hectómetros cúbicos del Tajo al Segura aprobado por el Ejecutivo central.

El máximo representante de la institución provincial ha exigido al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que «actúe ya y salga de inmediato a defender a los regantes alicantinos frente a los ataques de su homólogo manchego».

«Esperamos que el señor Puig cumpla su palabra y que por encima de los intereses partidistas defienda los intereses de un sector tan estratégico para la provincia alicantina como es el agrícola», ha señalado Sánchez.

El dirigente provincial asegura que los regantes alicantinos «esperaban angustiados este trasvase» y ha considerado que Puig «tiene la oportunidad para demostrar si está con la provincia alicantina o simplemente se va a plegar a los dictados de la disciplina de su partido».

Y adelanta que tiene previsto reunirse con los regantes de la provincia para escuchar sus reivindicaciones y coordinar acciones y estrategias.

Sánchez ha considerado «indigno» que los agricultores alicantinos «se vean abocados a tener que mendigar un recurso, como el agua, que es de todos los españoles» y pide a García-Page que diga «si está a favor de una España solidaria o no lo está».

Císcar pide «firmeza»

En el mismo sentido se manifestaba ayer el presidente provincial del PP , José Císcar, quien escribió en su cuenta de Twitter que confía en «que la Generalitat responda con firmeza».